El 2017 en materia económica será un año complejo. Según las proyecciones y los analistas será de retos para el Gobierno, el sector productivo y para los consumidores, quienes tendrán que evaluar sus presupuestos.
Tras un reajuste en el manejo de las cuentas nacionales del Estado, soportado en que el país ya no tendrá los mismos ingresos por las ventas de su mejor producto en el exterior: el petróleo; y una reforma tributaria que empezó a regir desde este 1 de enero, que incluye impuestos indirectos, los próximos doce meses invitan a analizar las metas que se ha planteado el Gobierno.
El crecimiento que, según las estimaciones del Banco de la República será de un 2%, es el primer gran reto.
Después de un 2016 evaluado como una economía en desaceleración, debido a que no se cumplirá con el pronóstico de 2,5% de aumento, el sector productivo tenía sus esperanzas en la Reforma Tributaria.
En materia impositiva la industria esperaba iniciar un calendario con 'la mano de una Reforma que tumbara las barreras que frenan las inversiones'.
La segunda meta es la inflación, que por política del Emisor, se está enfrentando con alzas en las tasas de interés para detener el consumo después de un año en el que el Fenómeno de El Niño y el paro camionero golpearan los precios de los bienes.
Un estudio de Corficolombiana estima que la inflación será de 5,57% para 2016 y se conocerá en cifras oficiales en febrero, mientras que la anual proyectada para este año será entre 2% y 4%.
Para fijar el salario mínimo legal: $737.717, el pasado 30 de diciembre, el Gobierno tuvo en cuenta la negociación el Índice de Precios al Consumidor (IPC) del año causado (2016) y su proyección para el año siguiente (2017); el Producto Interno Bruto del año causado y su proyección para este año y el aporte de la productividad al crecimiento de la economía.
Con un 7% de ajuste del salario mínimo legal, unas tasas mayores de interés, no hay garantía de generación de empleo y hay pérdida adquisitiva del salario. Así lo explicó Daniel Niño Tarazona, analista y fundador de Pixix Económica.
'Todo esto se traduce en mayor destrucción de empleo, con lo cual muchos pueden perder su puesto de trabajo, pero adicionalmente quienes no lo pierden tienen que endeudarse con un salario que no tiene mayor poder adquisitivo, porque a mayor salario más inflación y termina pagando más interés por su endeudamiento. Una medida que la gente cree es que una minoría mejora sus ingresos por el aumento del salario mínimo es algo que termina jugando en su contra'.