A raíz del anuncio del mandatario Nicolás Maduro del incremento en el salario mínimo de los trabajadores en Venezuela, que subirá a 40.638 bolívares —unos 60 dólares a la tasa oficial más alta y unos 12 a la cotización del mercado negro—, surge la inquietud sobre lo que realmente representa ese aumento que en valores porcentuales alcanza el 50%, con respecto a la última alza en 2016.
De acuerdo con el ex director del Departamento de Economía de la Universidad del Norte, César Corredor, a pesar de que el llamado socialismo del siglo XXI busca implementar un sistema en el cual el Estado tiene un papel muy fuerte, Venezuela sigue siendo una economía capitalista 'y, en ese sentido, lo que ha venido haciendo principalmente el gobierno de Maduro, pero que ya había arrancado de alguna manera en el gobierno de Hugo Chávez, es crear la fórmula perfecta para crear una hiperinflación'.
El académico manifiesta que el manejo macroeconómico del país vecino 'es bastante ineficiente'. Decisiones como la devaluación excesiva de su moneda, el incremento de salarios por decreto sin mesura y el cierre de todas las puertas al incremento de la oferta de bienes y servicios son elementos que han incidido en que la fórmula referida se vaya convirtiendo en una realidad, señala.
El efecto que ha tenido la política macroeconómica venezolana 'es una especie de competencia'; lo que en economía se conoce como espiral entre salarios y precios. 'Sucede cuando se aumenta mucho la inflación y el gobierno para tratar de mitigar ese efecto, incrementa el salario de forma acentuada. Lo que al final genera más inflación', menciona Corredor. Este fenómeno se debe a que los salarios, a parte de ser el elemento que determina los ingresos de la mayoría de la población, también representan un costo para las empresas. 'Si uno aumenta el salario, de cierta manera está recuperando el poder adquisitivo de las familias, pero al mismo tiempo, le está generando un costo mayor a las empresas'. Este último termina por transmitirse a los productos. 'Lo que Maduro ha hecho es tratar de reducir el impacto de una inflación tan alta, que ha sido muy poco frente a las cifras de inflación'.
Estas últimas no han sido entregadas por el chavismo desde 2015. Las cifras que se conocen, han sido estimaciones extraoficiales del Fondo Monetario Internacional y de expertos. De acuerdo con el FMI, la tasa de inflación estimada en Venezuela, en 2016, fue de 475% y para 2017 se situaría en 1.660%. Dichas mediciones resultan preocupantes, si se considera que la situación oficial podría ser peor.
Impacto en la economía colombiana
Dice Corredor que el efecto es dual. 'Hay una gran ventaja para Colombia; la excesiva inflación en Venezuela hace que los venezolanos se vean obligados a buscar productos en nuestro país. Eso genera, a su vez, alguna dinámica adicional de nuestras exportaciones'.
Pero ante una pérdida tan fuerte de poder adquisitivo, como la que han vivido los venezolanos, se reduce la capacidad de compra de cada familia, que, en últimas, afecta la balanza comercial.
Añade que la devaluación del bolívar hace que los productos que van desde Colombia al vecino país se hagan muy costosos para ellos.