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Durante el 2017 fueron comunes las quejas de los comerciantes por los pobres resultados en las ventas, sobre todo en el primer semestre. Aunque luego de la reforma tributaria que empezó a regir este año y con una tasa de intervención de 7,5% por parte del Banco de la República, era de esperarse una reducción en la capacidad de consumo de los hogares colombianos, para el próximo año las expectativas siguen siendo moderadas.

La cifra del consumo de los hogares que registra el DANE para el periodo comprendido entre enero y septiembre de 2017 no deja de ser sorpresiva: hubo un incremento de 1,6% con respecto al mismo periodo de 2016. Probablemente, el consumo no sufrió lo que se pensaba debido a que la inflación estuvo controlada, la tasa de interés fue bajando paulatinamente hasta llegar a 4,75% y el desempleo pasó de 11,7% en enero a 8,6% en noviembre.

David García, profesor del IEEC de Uninorte, advierte que el incremento registrado por el DANE en el consumo es en términos de valor monetario, más que en cantidades. 'Si bien existe, posiblemente, un mayor nivel de consumo, esto puede estar reflejado por el efecto que tiene el IVA en el precio y la necesidad de abastecimiento de los hogares. Hay que recordar que los colombianos no tenemos capacidad de ahorro, y al bajar los incentivos al consumo crediticio, las personas prefieren consumir en bienes básicos', agrega.

Para 2018 la economía colombiana mantiene pronósticos de crecimiento moderados. El relativamente pobre desempeño de la economía en el 2017, las elecciones legislativas y presidenciales de 2018, la política internacional, la estabilidad del mercado laboral y la disminución de la tasa de interés son los principales factores que alterarían las decisiones de consumo y ahorro de la población.

Por el momento, el Índice de Confianza del Consumidor de Fedesarrollo expresa un comportamiento negativo, que responde a una disminución en el indicador de condiciones económicas actuales. 'Los colombianos debemos hacer ajustes a nuestras canastas de consumo, tratando de priorizar en bienes que representen calidad y precios, previendo choques de precios futuros, principalmente externos. En otras palabras, confiar en los mercados locales y tratar de sustituir bienes para que nos alcance un poco más la plata', dice García.

De acuerdo con Andrés Cendales, profesor del IEEC de Uninorte, el incremento del IVA en un contexto de crecimiento débil afectó el consumo en una proporción mayor a la prevista, lo cual se hizo evidente con la reciente reducción que hizo Standard and Poors de la calificación crediticia de Colombia, precisamente dado el menor ingreso de la economía.

'Tomar crédito será más costoso y, por consiguiente, tendrá un efecto negativo sobre el comportamiento de la inversión. En este contexto, la perspectiva no es favorable el 2018. El problema es que es inviable un escenario de reducción de impuestos una vez el gasto público en Colombia ha mostrado precisamente una alta inflexibilidad. Es muy difícil recortar gasto público', agrega Cendales. En este contexto el consumo de los colombianos se vislumbra moderado para el próximo año.

Opciones para comprar. En el segundo y tercer trimestre del año, el destino de consumo de los hogares colombianos que presentó mayor crecimiento fue el de restaurantes y hoteles, con el 1,8%. Elkin Navas, profesor del IEEC de Uninorte, señala que, además de modificar la canasta familiar en el país, se debe destinar un mayor gasto a la compra de bienes durables y a la adquisición de activos.

De acuerdo con el profesor, los bajos niveles de interés y de inflación propician la consecución de mayor efectivo, lo que implica un aumento en la capacidad para adquirir bienes duraderos —en el año solamente mostraron crecimiento en el tercer trimestre con el 4,7%—. Dado que estos bienes se caracterizan por tener un alto nivel de valor agregado y generar flujos de servicios futuros, una mayor dinámica en su comercio estaría beneficiando directamente a la economía. Además, la compra de activos garantiza la obtención de rentas en el futuro, siempre y cuando se asegure el crecimiento del aparato productivo del país conforme avance el nuevo año.

El último comunicado del Banco de la República sobre la disminución de la tasa de interés, plantea la posibilidad de que estos indicadores mantengan su comportamiento para el inicio de 2018, debido al desempeño económico y las expectativas de inflación que se manejan cercanas al rango máximo de la meta. Por lo tanto, en el inicio del próximo año las decisiones de gasto de los hogares colombianos probablemente continúen con tendencias crecientes hacia el consumo y con pocos incentivos para el ahorro.

¿2018, buen año para el consumo?

Aunque las expectativas para 2018 indican una recuperación económica relativamente débil, de acuerdo con Diana Reyes, jefa de la oficina de proyectos de la Cámara de Comercio de Barranquilla, factores como la disminución de tasas por parte del Banco de la República y una disminución de la inflación más rápida a la esperada, incentivarán el consumo de los hogares.

Por otra parte, según el último informe de Evolución de Inflación, en 2018 también la demanda externa seguirá mostrando buenas señales, principalmente la liderada por las economías desarrolladas.

'Sin embargo, la incertidumbre generada por el proceso electoral puede impactar de manera negativa en las preferencias de consumo de los hogares colombianos'.