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La Bolsa de Nueva York, objeto de un movimiento de pánico el lunes, vaciló el martes sobre el camino a seguir y su índice estrella se recuperó al inicio de la sesión después de perder más del 2% en la apertura.

Alrededor de las 14H45 GMT, en un mercado muy volátil, el Dow Jones Industrial Average, que perdió casi 1.600 puntos durante la sesión de ayer antes de cerrar con una baja de 4,6%, subía un 0,19%, mientras el Nasdaq, de predominante tecnológica, se apreciaba en un 0,29%.

Bolsas europeas

Las principales bolsas europeas sufrían fuertes bajas este martes siguiendo la estela de Wall Street y las plazas asiáticas que se derrumbaron después de meses de euforia alcista.

La baja era a media jornada menos pronunciada que en la apertura.

Poco después de las 13H00 GMT, la Bolsa de Londres perdía 1,95%, París 2,31% y Fráncfort 2,15%.

'El movimiento es brutal. Los inversores no habían visto tales bajas en años', subrayó Jean-Louis Mourier, economista de Aurel BGC.

Al comenzar las operaciones la Bolsa de Londres cayó 3,5%, París 3,43%, Fráncfort 3,58%, Madrid 3,3% y Amsterdam 3,6%.

La pregunta que todo el mundo se planteaba el martes es si la baja sólo comienza o si se trata de algo temporal.

Para la mayoría de los expertos la agitación puede durar unos días, pero la buena salud económica actual y los resultados de las empresas, en particular estadounidenses, no justifica una baja prolongada.

'Objetivamente las condiciones no están para tener un verdadero crac', estimó Vincent Juvyns de JPMorgan AM.

'A nivel económico nada cambió. Al contrario, los últimos indicadores sólo confirman que la economía mundial sigue siendo robusta', añadió.

'El mercado estaodunidense necesitaba un respiro' luego de un comienzo de año en fanfarria y 'desde mi punto de vista nada permite indicar una tendencia bajista a largo plazo. Hay buenas bases. Muchas empresas siguen con buenos resultados', estimó Christopher Dembik de Saxo Bank.

Los inversores miraban con mucha esperanza cómo transcurrirá la próxima sesión bursátil de Wall Street.

Las orientaciones siguen siendo negativas, pero la baja sería mucho más limitada, según los contratos a futuro.

El temor por la inflación encendió la mecha en los mercados a pesar de que el año 2018 comenzara bien en las bolsas mundiales, especialmente en Wall Street que encadenó los récords durante semanas.

El viernes la publicación del informe mensual sobre el empleo en Estados Unidos cambió repentinamente la situación.

El documento, que contiene una buena noticia para la economía estadounidense con el aumento significativo de los salarios en enero, tuvo un efecto devastador en los mercados al despertar el temor a un crecimiento de la inflación y, por lo tanto, un aumento de los tipos de interés más rápido de lo previsto en el país norteamericano.

A raíz de la publicación de ese informe, el rendimiento de los bonos del Tesoro estadounidense se disparó y Wall Street se desplomó.

El lunes, las pérdidas aumentaron y el índice Dow Jones cedió cerca de 1.600 puntos, antes de recuperarse parcialmente y cerrar con una caída del 4,60%.

Las principales bolsas asiáticas cayeron el martes, siguiendo los pasos de Wall Street. En Tokio, el índice Nikkei 225 de los principales valores cedió 4,73%, un hecho inédito desde la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca, que provocó breves sobresaltos en los mercados. Hong Kong perdió más de 5%.

'Los inversores están convencidos de que regresa la inflación y que los tipos de interés subirán más de lo que se había anticipado', explicó Stephen Innes, responsable de las transacciones Asia-Pacífico en Oanda.

En el mercado de obligaciones, el rendimiento a 10 años de los bonos estadounidenses alcanzaban 2,721% contra 2,706% el lunes al cierre.

El mercado europeo cumplía el martes el papel de refugio. Las tasas a 10 años del Bund alemán, referencia en el mercado, retrocedía a 0,683%, contra 0,736% la víspera.

El yen y el oro, refugio en periodo de incertidumbre, se valorizaban.

A pesar de estas caídas impresionantes, los observadores se mostraban serenos. 'Creemos que es una corrección sana y al mismo tiempo efímera', señaló Peter Garnry, analista de Saxo Bank.