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En el 2017 el sector de explotación minera en el departamento del Atlántico tuvo una caída del 10,9% respecto al 2016, la más alta entre todos los sectores. Los malos rendimientos de la minería los últimos años ha llevado a buscar oportunidades de producir y explotar minerales por medio del offshore (costa afuera), es decir extraer recursos del mar o el océano. 

A pesar de que los resultados de la explotación offshore se verán en unos 10 años, la actividad minera puede impactar positivamente sobre el empleo, la economía y el nivel de desarrollo socioeconómico del departamento. Sin embargo, este tipo de actividades requiere de una buena logística, que garantice los menores impactos en términos de contaminación y sobre la actividad pesquera.

Andrés Castellanos Ramírez, profesor de la Escuela de Negocios de Uninorte, indica que esta actividad es una fuente de oportunidades para la ciudad, pero tiene sus riesgos. 'Las experiencias externas nos llevan a mirar con cautela y buena planificación esta nueva experiencia, pues los recursos e ingresos provenientes de este tipo de operaciones, además de generar ciertos beneficios, traen amarrados algunos perjuicios', señala el profesor. 

Experiencias en otras partes del mundo, como la ciudad Aberdeen, sirven para tomar medidas ante los principales riesgos. En esa ciudad, el desarrollo de la industria offshore generó unas desigualdades y desajustes a nivel económico, a nivel de salarios, arriendos entre otros fenómenos. Según explica Castellanos, el desarrollo rápido que impulsa esta industria genera falencias que se destapan en tiempos de crisis.

En principio, la explotación offshore de minerales mejoraría el desempeño de la actividad económica del Atlántico, a través de la generación de empleo, mejoras en productividad y aumento en el poder adquisitivo de los atlanticenses. Además, las transferencias del estado por concepto de actividad minero-energética incrementarían. Para Castellanos, los beneficios de esta actividad se darán en la medida que se alineen los aspectos técnicos, normativos y comerciales. 

Pero hay otros factores de riesgo e incertidumbre que rondan en esta industria, como la variación del precio internacional de los hidrocarburos, que desincentiva la explotación e inversión en periodos de precios bajos y el impacto negativo sobre otros sectores de la economía.

Castellanos plantea que para obtener beneficios la ciudad debe estar en capacidad de identificar, preparar y ofertar infraestructuras y servicios en sectores como: puertos, aeropuertos y helipuertos; recurso humano capacitado, zonas de almacenamiento, equipos, tecnología y materiales de oficina, salud, aduanas, seguridad, hoteles, transporte, manejos de residuos, entre otros.