Restablecer el desempeño el sector externo colombiano es uno de los retos más importantes que tendrá el nuevo gobierno nacional. Aunque hasta el momento el país ha controlado en buena parte los impactos locales que pueden generar la inestabilidad del mercado internacional y la volatilidad de los precios del petróleo, en el balance del sector externo se siguen experimentando pérdidas.
La razón es el bajo desempeño de las exportaciones del país, principalmente de los bienes agropecuarios, que ha estado relacionada con un incremento de las importaciones de este tipo. La tarea debe centrarse en recuperar las exportaciones de manufacturas, controlar la salida de capitales e incentivar la inversión extranjera directa.
Leopoldo Gómez-Ramírez, director del Observatorio de Condiciones Socioeconómicas del Atlántico (OCSA) de Uninorte, señala que sustituir las importaciones es otra medida que podría ayudar en el equilibrio comercial. Pese a que sustituir bienes depende del mercado, se puede pensar en una política industrial direccionada a hacer más rentable producir en el país que a importar ciertos bienes.
'Puede consistir en aranceles, que directamente evitan la entrada de algunas importaciones y, por tanto, encarecen el resto; depreciación de la moneda doméstica, que encarece comprar esas importaciones; y otras medidas como proteger ciertas empresas o industrias específicas hasta que sean capaces de competir internacionalmente', agrega Gómez.
Según el Banco de la República, en el primer trimestre de 2018 los déficits por ingresos de bienes y servicios, remuneraciones, rentas y transferencias del sector externo, y por el movimiento de capitales y la inversión internacional presentaron decrecimientos del 17,31% y 17,36% respecto al 2017, respectivamente.
Importamos más
En diciembre de 2017 la balanza comercial colombiana (diferencia entre las exportaciones e importaciones de bienes) presentó un saldo positivo de 517 millones de dólares FOB, de acuerdo con cifras del Dane; situación que no se presentaba desde hacía tres años.
El balance positivo se vio impulsado por el aumento de las exportaciones de combustibles y productos de la minería. Sin embargo, el panorama de sostenimiento de la balanza en valores positivos desapareció inmediatamente en el inicio del año 2018: pasó de -384 millones en enero a -719 millones de dólares FOB en junio.
Stefannia García, investigadora económica de Fundesarrollo, explica que, en promedio, el 36% de las exportaciones de Colombia corresponde a productos minero energéticos, mientras la mayor parte de sus importaciones corresponde a insumos intermedios de la industria, como maquinarias y equipos.
'El balance comercial suele ser deficitario al depender de los precios de productos primarios sobre los cuales no tienen injerencia para exportación, y para las importaciones depende de las relaciones comerciales existentes con otros países', agrega García.
Durante el primer semestre del año hubo un crecimiento de las importaciones de alimentos y bebidas en 10,6% y de maquinarias y bienes de capital para la industria colombiana en 10,9%. Para el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo, el aumento de importaciones de maquinaria para la industria implica una oportunidad para fortalecer la producción agraria y manufacturera.
Por su parte García considera que se debe buscar reemplazar los productos exportados hacia mercancías de mayor valor agregado, si la meta es reducir el déficit comercial en el largo plazo. 'Lograrlo no requiere de un incremento en las protecciones comerciales o de subsidios a la misma, sino cambios de funcionamiento en cuanto a la rapidez de la tramitología para exportar y una concentración de esfuerzos institucionales para la promoción de productos con mayor valor agregado que permitan cambiar la historia de las relaciones comerciales del país'.
Inversión extranjera
Para el ministerio de Comercio, Industria y Turismo es importante incrementar la entrada de inversión extranjera directa y atraer inversionistas al país. Según el Banco de la República, para el primer trimestre de 2018 hubo un decrecimiento de 14,7% de la inversión extranjera directa.
'La tarea para los próximos años es lograr retomar la atención de estos flujos sin comprometer en materia fiscal al país, apuntando al cambio institucional necesario que permita elevar las condiciones de competitividad, a través de la mejora de productividad de los factores, que parecen haberse estancado', señala García.
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