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Las libranzas representan casi un 40% del total de los créditos de consumo que se realizan en el país y su cartera en el sistema financiero está en unos $46 billones.

Según datos de la Superintendencia Financiera de Colombia, la cartera del sector es un 2,8% en mora, frente a un 8% de otros segmentos de crédito.

Un informe de Transunión indica que las originaciones de libranzas en el primer trimestre de 2018, crecieron 6% frente a 2017.

Una libranza es una autorización que da un asalariado o pensionado a su empleador o entidad pagadora para que realice un descuento de su salario o pensión, que será girado a favor de las entidades con la que adquirió productos financieros, bienes o servicios con esta modalidad.

Las operaciones de libranza pueden realizarse con establecimientos de crédito vigilados por la Superfinanciera, con patrimonios autónomos conformados por contrato de fiducia mercantil, sociedades comerciales, cooperativas, precoperativas, cajas de compensación, fondos de empleados, institutos de fomento y desarrollo y sociedades o asociaciones mutuales.

El gerente de Finsocial, Santiago Botero, explica que como originador de créditos por libranzas son vigilados por la Superintendencia de Sociedades. La cartera que administra la firma tuvo un crecimiento de 778% en los últimos 12 meses y suma unos $195 mil millones, con promedios de colocación de $20 mil millones al mes. Además, el índice de cartera vencida es 0,18%.

El gerente de la compañía barranquillera, que recibió calificación de ABPS/S 2-(col) con perspectiva positiva de Fitch Ratings, señala que 'nunca se ha castigado un crédito y que hay alta probabilidad de recuperación del dinero'.

Señala que uno de los elementos que previene fraudes en la industria es que las libranzas se realizan con códigos con patrimonios autónomos, lo que permite que en la mitad de la transacción haya una compañía vigilada que actúa como contralor.