La producción de carne bovina en el país, particularmente en la Costa Caribe, afronta una 'grave crisis' señala un informe de la Contraloría Genera de la Nación que atribuye esta situación a problemas como las exportaciones de ganado para engorde, los fenómenos climáticos y el creciente contrabando de ganado desde Venezuela que afectan las dinámicas ganaderas en los departamentos de la región.
Todo esto se manifiesta en la reducción de la disponibilidad de ganado en pie en todos los estados del ciclo productivo, lo cual ha generado aumento de los precios por encima del precio del ganado gordo, según indica un estudio sectorial de la Contraloría General de la República preparado por la Delegada para el Sector Agropecuario.
De acuerdo con el ente de control, la exportación de ganado en pie incide en la rentabilidad de los cebadores de ganado y afecta el recaudo de la parafiscalidad ganadera.
A partir de un Estudio Sectorial sobre la política del Gobierno para con el sector ganadero en el periodo 2010-2017, la Contraloría determinó que durante dicho período, la actividad no tuvo avances; por el contrario, la cadena cárnica bovina 'enfrenta una de sus peores crisis'.
Esta situación se manifiesta en aspectos como el estancamiento del consumo de carne bovina, los pocos avances en la identificación del hato ganadero, el escaso dinamismo de las exportaciones de productos cárnicos y la preocupante forma como cada vez más la ganadería bovina pierde participación en la economía nacional.
El estudio revela que el consumo de carne bovina en el país se estancó desde 2006, en un promedio de 18 kg/persona, lo que es muy inferior a los 32 kg de pollo y al aumento progresivo de la demanda de carne de cerdo que pasó de 3,3 kg en el 2005 a 9,4 kg en el 2017. No obstante, la Contraloría considera que la estimación en cuanto a carne bovina, puede verse afectada por el contrabando en las zonas de frontera y el sacrificio ilegal.
'El país no ha logrado avances significativos en la identificación del hato ganadero, como base del sistema de trazabilidad para garantizar el cumplimiento de los requisitos sanitarios y de inocuidad, lo cual impide el acceso a mercados internacionales de mayores precios', señala la Contraloría en un comunicado.
Indica que el esfuerzo de la política sanitaria se ha concentrado en mantener la certificación del país libre de la fiebre aftosa con vacunación (obtenida desde 2009), que no ha estado exenta de riesgos debido a la ineficacia tanto del control fronterizo, como de la movilización de ganado en pie y productos ganaderos.
Colombia se impuso la meta de exportar USD445 millones de productos cárnicos al llegar el 2018 y sin embargo, para el 2017 se vendieron solo USD116 millones, que representan el 26% de lo esperado. Las exportaciones se concentran en los despachos de ganado en pie que no aportan valor agregado y en carnes de cortes de bajo valor cuyos precios no alcanzan a cubrir los costos de producción, beneficio y acondicionamiento.
'Todo lo anterior, se refleja en la pérdida de participación de este sector en la economía nacional, toda vez que la ganadería bovina presentó un crecimiento promedio en el período 2010 – 2017 de solo 0,5%, siendo crítica la situación reflejada en los años 2016 y 2017, período en los que acumuló un crecimiento negativo del 9,1%', explica la Contraloría.