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Aun cuando a quienes venden planes de previsión exequial todavía les toca cuidar las palabras con las que se dirigen a sus potenciales clientes, muchos mitos en torno al último momento de las personas se han ido desmontando. Eso lo entiende María Claudia, una promotora de este tipo de servicios, quien en un centro comercial de la ciudad ofrece un portafolio de servicios que cada vez es más amplio y que tiene la tendencia a reflejar lo que es la sociedad.

Ya no se usan palabras como cementerio ni mucho menos camposanto, y en su lugar se habla de jardines o de parques, en un tono mucho más amigable. En lugar de sitios para enterrar dos cadáveres ofrecen 'lotes dobles' y al fallecimiento de una persona le llaman discretamente 'necesidad', es decir el lote tiene determinado precio en 'prenecesidad' y otro en 'necesidad inmediata'.

Una encuesta reciente de la Federación Nacional de Comerciantes (Fenalco) indica que, en efecto, el 53% de los colombianos no teme hablar de estos temas y que a pesar de que un 72% no desea morir ni tiene intenciones de que eso suceda en el corto plazo, el 64% está incluido en un plan de seguro exequial, que permite un alivio financiero a los seres queridos en caso de que suceda lo peor en un momento dado.

En Colombia, la industria de los servicios funerarios ha tenido un silencioso auge en los últimos años, que la ha llevado a convertirse en una fuente enorme generadora de ingresos y de puestos de trabajo directos e indirectos.

Según el gremio, en el país hay 1.175 funerarias, 871 cementerios, 79 parques cementerios, 42 compañías de previsión y el negocio genera 30 mil empleos directos y más de 150 mil indirectos. 

Hay verdaderos emporios de este sector que tienen sedes en las principales ciudades y hacen jugosas inversiones, producto de los magníficos resultados de sus ejercicios financieros cada año.

En Barranquilla, donde hay unos 8 cementerios, se ha visto cómo, con el paso del tiempo, los jardines cementerios, donde reposan los restos de los seres queridos de la ciudad, cada vez se van modernizando más.

Si antes en los cementerios tradicionales, como el Universal o el municipal Calancala, los grandes mausoleos pertenecientes a las familias más pudientes de la sociedad dominaban con obras maestras del arte de la escultura espacios inmensos, hoy el tema no es tan distinto.

En un jardín cementerio como Jardines de la Eternidad, que empezó hace 30 años en la salida a Puerto Colombia por la autopista principal, hoy se pueden conseguir lotes sencillos desde los $13 millones de pesos para dos cadáveres, hasta lotes monumentales cuyo valor supera los $35 millones con capacidad en tierra para tres difuntos en sus ataúdes y espacio para dos osarios.

Al igual que este, el Parque Cementerio Los Olivos, Jardines de Paz y otros, han ido adaptando su oferta. Las mismas salas de velación son ofrecidas acorde al presupuesto. Las hay desde corrientes hasta VIP, con baños internos, espacios privados para oración, servicio de wi-fi y con tecnologías que permiten aislar los sonidos.

En esa misma línea se ofrecen ataúdes sencillos incluidos en el plan y otros mucho más ostentosos por los que, al momento de decidir, el deudo puede llegar a pagar hasta $5 millones adicionales, de acuerdo con la calidad y los acabados de lujo.

De cremaciones y otras novedades

 Uno de los servicios cuya demanda ha crecido recientemente, es el de las cremaciones, algo que hace unos años ni se hubiera tenido en la más mínima consideración, sobre todo por el sistema de creencias religiosas.

De acuerdo con Scarlen Fontalvo, jefe del Parque Cementerio Los Olivos, en la región aún se mantiene la preferencia por la inhumación frente a la cremación, sin embargo hay muchas personas que se deciden por la segunda opción.

Si se comparan los costos, es más económico realizar la cremación, pero sobre este aspecto se le da prioridad a las creencias religiosas.

Hoy también se habla de funerales más limpios y hasta amigables con el medio ambiente. 

Las pólizas exequiales

Con este servicio la persona va pagando sus funerales en 'prenecesidad', es decir mientras está vivo y lo puede hacer mediante varias modalidades.

Hay seguros que se ofrecen a los trabajadores a través de las empresas, también por grupos familiares, pueden ser pólizas que le den la posibilidad al familiar de cubrir un arriendo de cuatro años o comprar el lote de por vida, con lo que puede ser utilizado y reutilizado por varias generaciones. A estos servicios se les agregan microseguros o también servicios médicos.

Planes para mascotas

 Dentro de la tendencia mundial del cuidado y amor por las mascotas, las empresas del sector ofrecen un plan exequial para estas, que comprende la cremación sin devolución de las cenizas.

'En su lugar entregamos a los amos una foto de la mascota como recuerdo', señala Brenda Benavides, directora comercial de Centralco-Los Olivos.

Asegura que el plan también incluye servicio de veterinario, vacunas y otros para la mascota.

Velaciones cortas

 Según lo constatado por Fenalco, hoy en día la gente prefiere ceremonias más cortas. Es más, en muchos casos ni siquiera se pasa por la velación de los cuerpos sino que directamente se hace la cremación, algún tipo de ceremonia religiosa breve y de inmediato se procede a la disposición final de las cenizas.

De hecho, la encuesta del gremio señala que el 65% de los colombianos preferiría ser cremados, el 19% quisiera ser sometido a un proceso de biodegradación, un 15% sigue queriendo ser enterrado de cuerpo entero (inhumación) y una minoría de un 0,5% quisiera ser embalsamado.

Un dato curioso del estudio indica que de las personas que quisieran ser cremadas, el 44% espera que sus cenizas reposen en una iglesia o en un cementerio, pero hay un 34% que desea esparcirlas al mar; un 17% que las lleven a algún lugar soñado al que nunca pudo ir en vida, y un 3% que las dejen en su casa.

A pesar de todo, el ritual de la velación se mantiene vigente. El 75% de los colombianos cree que es muy importante y un 64% que se siente 'muy a gusto' con la posibilidad de que a su velorio asistan muchas personas.

¿Entierros con flores?

 Fenalco dice que su encuesta arroja como resultado que la mayoría de los colombianos ya no temen hablar de la muerte, y aunque en otros tiempos comprar planes exequiales era visto como una forma de atraer la mala suerte y los vendedores se consideraban una especie de ave agorera, hoy en día el 80% están incluidos en algún tipo de plan relacionado con este tema.

De otro lado, frente a la posibilidad de que la gente gaste mucho dinero comprando flores para el difunto, se imponen otras alternativas para homenajear la memoria del ser querido.

Los bonos de donación son una opción, cuyos fondos son destinados a fundaciones que trabajan con poblaciones vulnerables. También se da la posibilidad de comprar la semilla de un árbol que se planta con el nombre del fallecido.