Ana María Martínez, una joven técnica en administración de empresas de 22 años de edad, asegura que los contratos para trabajar en misión le han ayudado a no caer en la informalidad.
'Trabajar así me permite contar con mis prestaciones sociales y eso es importante. Además puedo desempeñar las labores para las que estoy preparada', señala.
Así como Ana María, unas 50 mil personas fueron empleadas en el primer semestre de este año en Atlántico, por medio de las empresas de servicios temporales.
Cabe recordar que según cifras del Dane, de los 918 mil ocupados que había en Barranquilla en el segundo trimestre del año, 386 mil eran formales y 533 mil informales.
El presidente de la Asociación Colombiana de Empresas de Servicios Temporales (Acoset), Miguel Pérez, señaló que entre enero y junio de 2017 se habían contratado 40.833 trabajadores en misión en Atlántico y que esta cifra subió en 9.400 personas durante este año.
'No hay por ley un tiempo máximo para un trabajador en misión, ya que es contratado para un evento o circunstancia temporal, entonces el trabajador podría ser misional, pero permanentemente rotativo', sostuvo el dirigente gremial.
Destacó que los sectores que tienen mayor participación en la contratación de trabajadores en misión son manufacturas (28%), servicios (19,5%), comercio (18%) y agricultura (8,5%).
Para el caso del turismo y comercio se evidencia que la alta temporada aumenta la contratación de personal en misión.
A nivel nacional, en el primer semestre de este año se contrataron más de 460 mil trabajadores en misión, cifra que representa un 4,8% del total de trabajadores formales del país en este periodo.
En los primeros seis meses del año las empresas de servicios temporales pagaron $4,14 billones en salarios y auxilios de transporte a los trabajadores y $1,10 billones en seguridad social.
'Este es el único mecanismo que prevé la ley para flexibilizar el recurso humano para atender la movilidad y dinámica de los mercados', sostuvo Pérez.
Esta modalidad de contratación se encuentra prevista en la Ley 50 de 1990, para responder a los cambios de la economía del país y los requerimientos de las empresas.
Un trabajador en misión puede ser flexible y rotativo y es contratado con todas las garantías legales por las empresas de servicios temporales como un empleado directo, y cubre sus prestaciones sociales.
Indicó que existen otras figuras en el mercado laboral que son consideradas 'ilegales', pues desconocen los derechos laborales de los trabajadores y abusan de ellos.
Una empresa se beneficia con esta modalidad porque les ayuda en su competitividad y a contar con recurso humano para necesidades puntuales.