Las últimas medidas tomadas por el Gobierno para dinamizar la economía nacional se basan en el fomento de la innovación, la productividad y el emprendimiento, a través del impulso de sectores como el de la economía naranja.
Un informe de innovación mundial de la Universidad de Cornell (Estados Unidos), la Escuela de Negocios para el Mundo (INSEAD) y la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual indica que desde 2018 Colombia ha ingresado al grupo de países con mejor potencial de innovación en el mundo. El índice de Innovación Mundial expuesto en el informe refleja que Colombia ocupa el puesto 63 en materia de innovación, una posición que revela que todavía los niveles de inversión en innovación son muy bajos en comparación con países más desarrollados.
José Polo, profesor del Instituto de Estudios Económicos del Caribe (IEEC) de Uninorte, señala que para nadie es un secreto que la inversión en innovación en Colombia es bastante limitada, no obstante eso no es lo preocupante. Los temas claves para evaluar la inversión en innovación de un país son los sectores que están invirtiendo y la adicionalidad que estos generan.
En materia de inversión en innovación el país destina menos del 1 % del PIB y la mayoría de estos recursos son destinados por parte del sector público. En países desarrollados el sector privado es quien mayor destina recursos para fomentar la innovación.
Según Polo, desde el sector público encontramos diferentes fuentes de financiamiento que impulsan el desarrollo de proyectos de innovación empresarial, sin embargo son recursos muy limitados por las mismas características presupuestales, lo que se revierte en un impacto marginal sobre los niveles de innovación y productividad del país.
En cuanto a las áreas en las que se hacen inversiones, las de menor desempeño son las que se refieren a investigación y capital humano, donde, según el índice, Colombia ocupa el puesto 78 a nivel mundial. Esto repercute en la transformación de la educación y la productividad del país.
Polo indica que en la mayoría de los casos la inversión en innovación se hace en negocios donde la principal orientación es hacia los procesos, apostando por la optimización de la producción y, en últimas, la reducción de costos. La inversión en innovación en este tipo de mercados con poco valor agregado y baja intensidad en el uso del conocimiento tiene impactos positivos, pero limitados sobre el desarrollo económico.