El constructor de automóviles japonés Nissan anunció este jueves una importante caída de sus beneficios y la supresión de 12.500 puestos de trabajo, en el marco de una profunda reestructuración de su producción tras el despido de su presidente Carlos Ghosn.
El grupo ya empezó a aplicar en los últimos meses recortes en ocho plantas distintas, en España e Indonesia, entre otros países, lo que llevó a suprimir 6.400 puestos de trabajo, explicó este jueves su presidente, Hiroto Saikawa, en una rueda de prensa en la sede del grupo en Yokohama, en las afueras de Tokio.
Hasta 2023 el grupo seguirá reduciendo puestos de trabajo en otras seis plantas, con el propósito de cerrar líneas de ensamblado hasta permitir una reducción del 10% de la producción.
'Las líneas [de producción] que no sean rentables, sobre todo en el extranjero, se verán afectadas', dijo Saikawa, sin dar detalles, aunque según los medios japoneses América Latina sería una de las zonas más afectadas.
En el primer trimestre del ejercicio 2019/20, los beneficios de Nissan –socio del fabricante francés Renault– se hundieron a su nivel más bajo desde la crisis mundial de 2008-2009.
'Reconocemos que los resultados son muy mediocres', dijo Saikawa.
En concreto, entre abril y junio, el beneficio neto de Nissan cayó casi un 95%, hasta 6.400 millones de yenes (unos 52 millones de euros), mientras que su facturación se redujo en 12,7%, hasta 2,37 billones de yenes en ese periodo.
El beneficio de explotación cayó por su parte en 98,5%, hasta 1.600 millones de yenes.
'Tenemos que admitir que estas cifras son inferiores a nuestras estimaciones pero pensamos que podemos mejorarlas' en los próximos trimestres, aseguró el presidente de Nissan.
'Nuestras acciones traen sus frutos', en particular en Estados Unidos, aseguró.
Por eso Nissan no modificó sus previsiones anuales, con un beneficio neto esperado de 170.000 millones de yenes (-46,7%) y una facturación de 11,3 billones de yenes (-2,4%).
Nissan explicó sus resultados por el freno del mercado automóvil mundial pero también como consecuencia de su cambio de estrategia tras el arresto de Ghosn por presuntas malversaciones financieras.
Nissan decidió reducir los objetivos de ventas fijadps durante la presidencia de Ghosn, con lo que aspira ahora a ingresos de 14,5 billones de yenes en el ejercicio que termina en marzo de 2023 (frente a 16,5 billones hasta ahora) y una margen operativo de 6% (frente al 8%).
'Numerosos obstáculos'
En el primer trimestre, Nissan, pionero de los coches eléctricos con su modelo Leaf y que fabrica 'crossovers' como el Rogue, ek Qashqai o el X-Trail, vendió menos vehículos que hace un año (-6%, hasta 1,23 millones), por la caída en mercados como Estados Unidos, Europa o Japón.
Igual que sus rivales, Nissan se está viendo obligado a hacer grandes inversiones tecnológicas para desarrollar los vehículos autónomos y para responder al endurecimiento de las nuevas normativas medioambientales.
'Estas supresiones de puestos de trabajo son medidas necesarias para reestructurar la compañía y evitar que la situación siga deteriorándose', dijo Satoru Takada, un analista de la consultora de Tokio TIW.
'La cuestión es saber si Nissan ha tocado fondo y podrá renacer rápidamente' pero 'las perspectivas son vagas y los obstáculos numerosos', estima el experto.
Los dos socios, ahora sin Carlos Ghosn, artífice de esa alianza, se enfrentaron en los últimos meses sobre el futuro de esa unión que nació en 1999.
Renault, que tiene un 43% de Nissan, quiere una mayor integración mientras que el fabricante japonés, propietario del 15% de la marca francesa, quiere conservar su independencia.