Compartir:

Jenny Real camina en compañía de su hermana para buscarles un vaso de helado a sus dos sobrinas en una reconocida franquicia en el Malambo Plaza. Su alegría por compartir junto a ellas se refleja en su rostro y en la sonrisa que esboza cuando una de las infantes le dice agradece con dulce voz. 'Para eso es Navidad', responde.

Diciembre es el mes donde la alegría, la unión y el compartir viven latentes en los corazones de las familias de la costa caribe. Una época en la cual las fachadas de las casas cuelgan luces titilantes o en donde las salas le brindan cobijo a árboles de pino decorados con flores, bambalinas o estrellas.

Para los comerciantes y para la población es un mes al que 'se le saca el máximo provecho' al bolsillo, pues estrenar ‘la pinta’ u obsequiar regalos a los más pequeños del hogar forman parte de las costumbres que año tras año siguen presentes.

Cada familia hace propia la festividad viviendo las tradiciones a su manera y creando momentos a partir de ello. 'Por lo menos, en mi casa salimos a comprar de todo. Me gusta tenerla arreglada y que se sienta siempre la alegría', dijo Jenny.

Según relata, a cada miembro de su familia le toca comprar algo para las cenas del 24 y del 31 de diciembre. 'A mí me tocó comprar las carnes, aproveché de venir hoy porque hay descuentos en los productos', dijo mientras confesaba gastarse las primas por su trabajo.

Para Real, más allá de 'fechas comerciales', lo que intentan mostrarle a los niños de su núcleo familiar es disfrutar del ambiente y del significado de compartir entre todos, bajo un clima de júbilo.