El reloj marcaba las 11:30 p.m. del miércoles. En poco más de media hora se cruzaría el umbral de la medianoche, hora límite para el cese de operaciones de la aplicación Uber en Barranquilla. Esta era primera ciudad del país y de América Latina en la que la plataforma dejaría de ofrecer sus servicios.
Cuando se ejecutó la aplicación en el teléfono celular aún se apreciaban cuatro vehículos flotando en el perímetro de la ubicación seleccionada. La noche anterior cerca de 10 conductores podían apreciarse en el mapa. La situación ha cambiado.
Al instante de solicitar el servicio hacia un punto de cercano, Luis Ortega* tomó la orden con una demora de cinco minutos. Su ubicación lo posicionaba a dos minutos de distancia. Hasta el momento, la dinámica de la app era la misma.
El celular recibió con normalidad las notificaciones de acompañamiento de 'El socio conductor está en camino' y 'El conductor está llegando'.
Un vehículo blanco modelo 2016 aguardaba a los pasajeros del servicio. 'Bienvenido, buenas noches', fue la frase que Ortega brindó como saludo. Un apretón de manos concluyó con la introducción.
La conversación con el conductor no podía ser de otro tema. 'La verdad es que como conductor uno se siente triste ya que Uber le dejaba bastante ganancias a uno. Es una aplicación totalmente segura', se lamenta Ortega, quien posee una calificación media de 4.79 estrellas, lo que puede traducirse como un conductor con sobresaliente servicio.
En retrospectiva, confiesa que en la noche sí ha recibido servicios, pero que no han sido a la misma fluidez. 'Han salido carreras, pero de pronto la gente se cohíbe ante la salida de Uber'.
Detenido en un semáforo, Ortega mira fijamente al rosario que cuelga en el retrovisor y llega a confesar que 'se le parte el corazón' ante la salida de esta app.
Faltando veinte minutos para la desconexión de la ciudad, el funcionamiento de la aplicación seguía con su normalidad mostrando el seguimiento del trayecto del servicio solicitado. Ortega aprovecha para recordar los detalles que hacen, a su juicio, de Uber una aplicación 'más segura para trabajar'.
'Cuando tocaba un mal servicio, al escribirle al soporte técnico de Uber, ellos te reponían el dinero del viaje', dice. Tras dos años y medio al volante del servicio de movilidad, puede hablar con propiedad y énfasis de los puntos positivos, como el pago puntual, y también de los desaciertos, como el haber aceptado el pago con efectivo. 'En pocas palabras con eso se tiró la soga al cuello'.
Restaban cinco minutos
Tan escaso margen de tiempo quedaba para que más de 5.000 socios conductores en la ciudad y 27.500 usuarios se despidieran del soporte de la app en la capital del Atlántico.
En los últimos instantes del recorrido, Ortega relata lo que les dijo a 22 de sus compañeros socios conductores. 'No se desesperen. Uber no dijo que era un adiós. Más adelante yo sé que va a volver y lo hará mejor. Mucho más recagardado'. Su seguridad es inquebrantable.
Las 12:00 a.m. del jueves marcaron en el reloj del tablero del vehículo y el recorrido había culminado en su punto final. La dinámica de la aplicación continuaba en su funcionalidad cotidiana: los procesos de pago y valoración del servicio no mostraban cambios algunos.
Aunque un minuto más tarde, a las 12:01 a.m., un mensaje de despedida con el título 'Adiós Barranquilla…' podía apreciarse en la pantalla de bienvenida. 'Ojalá hasta pronto. 88.000 familias y millones de usuarios quieren #UnaSoluciónParaUberYa. Si quieres apoyar puedes hacerlo a través de tus redes sociales'. Un atajo con nombre de 'Conocer más' invitaba a ser presionado.