La estructuración del proyecto de la planta de regasificación en Buenaventura, en el Valle del Cauca ha divido opiniones sobre su necesidad y pertinencia para el mercado, la financiación y quiénes asumirían los costos.
La de Buenaventura sería la segunda planta de esta naturaleza en el país, pues la primera se encuentra en Cartagena y atiende la demanda de las generadoras térmicas del Caribe.
Tres años se cumplieron de la resolución del Ministerio de Minas y Energía para la adopción del Plan Transitorio de Abastecimiento de Gas Natural en el que se hizo una lista de obras prioritarias para el país que incluyó la construcción de la planta de regasificación de 400 millones de pies cúbicos diarios (MPCD) con una capacidad de almacenamiento proyectada de 170.00 metros cúbicos de gas natural licuado (GNL).
En aquel momento las proyecciones se hicieron para que entrara en operación en 2021. Ahora, el Gobierno estima que puede entrar en 2023, doce meses antes de la fecha en que se llegaría a los límites de abastecimiento de gas y declinación de los campos de gas de La Guajira.
El pasado 31 de enero la Unidad de Planeación Minero Energética (Upme) cerró la etapa de comentarios sobre la planta, y desde el Gobierno se apunta al proceso de estructuración y cierre financiero del proyecto que permitirá importar gas licuado y cubrir el abastecimiento de suroccidente y parte del mercado del interior del país.
El costo estimado de la planta es de USD200 millones, y es en su financiación donde empiezan a dividirse las opiniones. Otros lo elevan a USD700 millones.
Jorge Linero, presidente de Gas de Canacol Energy, afirma que la construcción de la planta ha lanzado un mensaje de 'incertidumbre' al mercado. El ejecutivo hizo referencia a cuatro puntos del documento de la Upme que explica la necesidad de la planta.
El primero es la oferta y la demanda, pues según Linero la obra implicaría el cobro de una sobretasa para los usuarios de gas natural de todo el país.
'No considera el efecto del precio sobre los usuarios y que estos podrían demandar menos o irse a otro combustible más económico. No considera la elasticidad de la demanda. Se equivoca en el análisis de precios, y se equivoca al final en quiénes serían los beneficiados de la planta de regasificación del Pacífico', dijo Linero.
El viceministro de Energía, Diego Mesa Puyo, dijo que el debate sigue abierto y no hay nada aún escrito. 'Está en discusión cómo se financiará la planta, si por la demanda atendida por la planta o por toda la demanda general'.