Compartir:

La entrada de Colombia en un escenario de cuarentena nacional para evitar la propagación del COVID-19 plantea una serie de retos para la economía del país. Entre esos, vale destacar, la adopción progresiva de los pagos digitales, los cuales están llamados a ser una solución en este período de sanidad social. Es el escenario de una ideal prueba piloto.

Si bien no está comprobado de manera oficial que el dinero en efectivo sea una fuente de transmisión del virus, el hecho de que esta nueva cepa pueda vivir por varias horas en distintas superficies aviva el temor ante un posible contacto y es que al ser manipulado por distintas fuentes, el papel moneda puede tener bacterias o virus procedente de sus anteriores poseedores.

Un estudio del 2019 de la firma de consultoría de servicios financieros española Indra detalla que el 60% de los colombianos emplea el papel moneda como su principal método de pago pese a que en el país se haya incrementado la emisión de tarjetas de débito y crédito, así como el surgimiento de opciones digitales propias de las instituciones bancarias o de terceros.

No muy lejos de allí el mismo Banco de la República estima que el 97,2% de las transacciones que se realizan cada mes se hace con dinero en efectivo.

Para Guillermo Sinisterra, profesor del Departamento de Ciencias Contables de la Universidad Javierana, la constante apuesta por el dinero en efectivo se debe mayormente a un tema cultural. 'Es un tema que se basa en la frase ‘lo único que importa es la plata’’, dijo.

Por otro lado, agrega el docente universitario, también se debe a que existen altos costes financieros. 'Básicamente, cuando a usted le cobran cuota de manejo o cuando a usted le cobran por pasar el dinero de un banco a otro, la gente pierde confianza y seguridad en los bancos', concluyó en conversación con EL HERALDO.

Siguiendo esta idea, Andrés Albán, fundador y CEO de la fintech colombiana Puntored, cree que este factor se debe a que la gente 'está habituada a tener plata en su bolsillo, a sacar un billete y entregarlo, pero lo principal, son los desincentivos económicos para adoptarlos'.

Albán se refiere así al impuesto 4x1000 (GMF) que es 'fácilmente superable por cualquier tienda de barrio, entonces a ellos no les gusta que les paguen digitalmente porque al final tiene que asumirlo. Además, hay unos costos asociados al sistema de pagos que en Colombia sigue siendo cerrado y muy costoso'. El directivo agregó que fuera eso 'está el tema de la gente con los impuestos, de que si me pagan por transferencia o por tarjetas quedo visible'.

la bancarización como mecanismo. El superintendente financiero Jorge Castaño afirmó en su visita a EL HERALDO que uno de los retos para el 2022 es aumentar el porcentaje de inclusión financiera del actual 83,3% a un 95%, impulsado por el acceso de los más jóvenes al sistema bancario.

Al respecto, el docente Sinisterra afirma que si bien ese porcentaje es un gran número, una buena parte de la población 'tiene las cuentas inactivas, ya que las abren para algo específico y nunca más las vuelven a usar'. El profesor universitario sostiene que la situación que atraviesa el país debido a la coyuntura del coronavirus es un 'buen momento para aumentar no solo la bancarización sino el acceso a todos los canales digitales' con énfasis en los jóvenes entre 18 a 25 años de edad y en los adultos mayores que tienen restricciones en el manejo de la tecnología.

Sinisterra afirma que el Gobierno nacional tiene 'un cuello de botella gigantesco para atender a toda la población que se va a ver afectada por el coronavirus, pese a que ya tienen programas establecidos para un segmento de la población'.

En la actualidad los programas sociales como ‘Familias en acción’, ‘Jóvenes en acción’ o ‘Colombia mayor’ se están distribuyendo por medio de monederos digitales. Algo que Andrés Albán, CEO de Puntored, ve como positivo en general pero con una 'inexplicable ejecución'.

'Existe un afán del Gobierno en crear redes de entrega del dinero en efectivo, entonces cuando se habilitan y se entregan recursos en billeteras digitales con el fin de ir después a un punto de canje y cobrarlos en efectivo seguimos en el mismo círculo y no le están inculcando a la gente los medios digitales como forma de pago', apostilló Albán.

El directivo, cuya compañía lleva operando diez años en la Costa Caribe, cree que otro mecanismo para que cada vez más personas se adapten a los pagos digitales es que los cobros de servicios generales, como el recibo del agua o de la energía eléctrica se hagan vía digital. 

'Sería un vehículo muy interesante. Pero tenemos que a los estratos 1 y 2 se les exonerará parte de la tarifa de los servicios públicos, entonces no se verán forzados a buscar otros métodos de pago', puntualiza Albán.

Simón Chamorro, CEO y cofundador de Valiu, una fintech dedicada al envío de remesas a Venezuela, dijo a EL HERALDO que 'los estratos bajos que viven del día a día van a seguir saliendo a a calle y manejándose con el efectivo'. Además, concluyó que 'pocas personas podrán adaptarse a los pagos digitales', estimando que ante la depresión del peso que se vive, ' solo los estratos más altos van a migrar a situaciones más estables'.