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La coyuntura de la COVID-19 en el país no solo reinventó los procesos de algunas empresas con miras a adaptarse a los nuevos tiempos, sino que también modificó el patrón de consumo de los colombianos. De acuerdo con expertos, el aislamiento ha llevado a los hogares a replantear sus decisiones de gasto en varios segmentos.

En las principales ciudades del país se registró una caída 'significativa' en la facturación del comercio durante las últimas siete semanas, según el más reciente reporte de la proveedora de pagos digitales Credibanco.

En el informe detalla que desde el 23 de marzo hasta el 10 de mayo, la facturación cayó 55% en Barranquilla, siendo esta la tercera ciudad del país, después de Medellín y Cali, con las peores contracciones.

Según el más reciente informe de la firma Sinnetic, especializada en Big Data e investigación, en medio del aislamiento preventivo los barranquilleros tienen ‘entre ceja y ceja’ el propósito de ahorrar y gastar menos. Las categorías en las que se presenta una mayor tendencia a frenar el gasto son compra de vestuario (72%); compra de muebles y enseres (62%) y de tecnología y productos de la línea blanca (57%).

Esta reducción, explica el estudio, es motivada principalmente por las perspectivas de empleo e ingreso en los hogares. El 47% de los entrevistados reportó una reducción de sus ingresos durante los meses de marzo y abril. Otra de las mayores preocupaciones de los barranquilleros que revela el estudio, está asociada con la inestabilidad y la calidad del empleo futuro. El 21% considera que puede perder su trabajo como consecuencia de la crisis por la COVID-19. Para los encuestados, los empleos que están en más riesgo de perderse en la cuidad son los asociados a venta de vehículos (65%), servicios de restaurantes y hoteles (56%), fábricas de textiles y de calzado (55%), bienes raíces (54%), y arte, diseño, educación y música (53%).