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La contracción de la actividad económica durante el segundo trimestre llevará a que la economía colombiana se contraiga un 7,5% en 2020, según cálculos de BBVA Research. Para 2021, la entidad estima que el PIB colombiano se ubique en 5,5%.

'La recuperación productiva ha avanzado con la apertura gradual de algunos sectores. No obstante, en el segundo trimestre se observó la peor contracción económica de la historia reciente. Desde abril, se han visto mejoras en el gasto de los hogares, en la demanda de energía y un aumento de los puestos de trabajo en mayo. Además, estimamos una mejora en la actividad durante el segundo semestre. No obstante, vemos que estas mejoras no compensarán la caída producto de la cuarentena, por lo que la economía colombiana se contraerá 7,5% en 2020', afirmó Juana Téllez, economista jefe de BBVA en Colombia.

Destacó que la economía colombiana atraviesa un proceso de recuperación unido a la flexibilización del confinamiento en algunas ciudades y sectores. 

De acuerdo con Téllez, la recuperación no ha sido uniforme en los diferentes sectores de gasto, ni en las distintas ciudades. La dinámica de las regiones ha estado influenciada por el desarrollo de la pandemia y las medidas tomadas por las autoridades para enfrentarla. 'La recuperación económica depende de la apertura sectorial y la capacidad de recuperación de la demanda. En el caso de los hogares, el consumo se mantiene débil a mediano plazo por el choque de ingresos de los hogares', añadió.

Según el análisis realizado por BBVA Research, factores como el mayor gasto público y la ejecución de un plan más ambicioso de infraestructura, sumado a una recuperación más rápida de las exportaciones y mejor valoración de las materias primas, contribuirán a impulsar el proceso gradual de recuperación de la economía en 2021.

Otros indicadores

En lo que corresponde al tipo de cambio, según estimaciones de BBVA Research, éste oscilará en torno a los $3.700  por dólar en lo que resta del año. En 2021 promediará $3.570 por dólar gracias a la recuperación gradual del precio del petróleo.

'Lo que vemos es que la fuerte depreciación del tipo de cambio al inicio de la pandemia se moderó por la menor percepción de riesgo global y la respuesta de política de los bancos centrales. Aunque la incertidumbre sobre el desarrollo de la pandemia persiste, en especial en América, continuará observándose un fortalecimiento gradual y lento del tipo de cambio, afirmó la economista jefe de BBVA Research.

En cuanto a la inflación, que se ha reducido significativamente por los subsidios a los servicios públicos, la disminución de los precios de los combustibles y las exoneraciones del IVA a algunos productos, la entidad estima que, hacia delante, se mantendrá baja por cuenta de la debilidad de la demanda y la moderación de las presiones cambiarias, cerrando 2020 en 1,9% y 2021 en 2,8%.

Por otra parte, BBVA Research estima que hay espacio adicional para reducciones de la tasa de interés. En este momento, la tasa de intervención se encuentra en mínimos históricos. 'Pero, en la medida que la inflación se mantendrá baja y la actividad económica aún necesita más estímulos en su recuperación, el Banco de la República reducirá aún más su tasa, a 2,0% en los próximos meses', indicó.

Por su parte, el desempleo permanecerá en niveles altos durante algún tiempo ubicándose en 2020 en cerca de 20%.

Los retos

En el frente fiscal, el análisis realizado por BBVA Research prevé importantes desafíos para el Gobierno nacional ante la suspensión de la regla fiscal para dar espacio de apoyo a los planes sociales y a la actividad económica en 2020 y 2021. En el corto plazo, requerirá de altos ingresos no tributarios y, a mediano plazo, de una reforma tributaria para lograr una consolidación fiscal acorde a las metas estructurales.

En cuanto al balance externo, el principal reto será recuperar su financiamiento a partir de la inversión extranjera directa y procurar por una recuperación del ahorro nacional.

Así mismo, a mediano plazo los principales retos se centran en afianzar la recuperación para salvaguardar los avances en materia de bienestar social en las últimas décadas y lograr consolidarlos a futuro. 

'En este sentido, serán necesarios grandes avances en productividad e inversión en aspectos como mejoramiento de la infraestructura social y de transporte, impulso al sector agroindustrial y reducción de la informalidad, entre otras acciones, para mejorar el crecimiento potencial y el bienestar social', puntualizó Téllez.