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El crecimiento del país en 2021 que proyecta el equipo de Investigaciones Económicas de Corficolombiana es de 5,3%. Así lo dio a conocer en el marco de su foro 'Con la economía no se juega' en el que se destacó que la economía se verá impulsada por una vacunación masiva en los países desarrollados que conduciría a un aumento de los precios de las materias primas y un retorno de los flujos de capitales hacia países en desarrollo. 

Sin embargo, advierte que este escenario favorable puede no materializarse si el incumplimiento de los protocolos de distanciamiento social conduce a una segunda ola de contagios y de nuevas restricciones a la movilidad durante el primer trimestre de 2021.

'Si Colombia logra acceder a alguna de las vacunas en 2021, es posible que tengamos sorpresas positivas en materia de crecimiento, más allá del rebote estadístico que ocurrirá de forma natural una vez que se comparen los niveles de actividad económica del próximo año con los observados en 2020', afirmó José Ignacio López, director ejecutivo de Investigaciones Económicas de la Corporación.

Sostuvo que hasta ahora, la respuesta de las autoridades en Colombia mitigó parte de los efectos adversos de la pandemia sobre los hogares y las empresas. Es evidente que los avances de las últimas dos décadas en la institucionalidad económica permitieron enfrentar esta compleja situación con un margen de maniobra más amplio. 

Para Corficolombiana una recuperación económica sostenida requiere de ajustes urgentes en materia laboral y fiscal. 'Las reformas en estos frentes serán difíciles de adoptar en medio de la polarización social y política que vive el país', afirmó López en su exposición.

'En materia laboral, el país no puede darse el lujo de mantener los costos al empleo formal en los niveles actuales, mientras más de la mitad de los ocupados están excluidos de la formalidad. Una reforma laboral no solo es una necesidad imperiosa para que la recuperación de la economía sea más vigorosa, sino es una obligación con un segmento amplio de la población excluida de contratos formales', señaló.

En segundo lugar, es clave abordar la sostenibilidad de las finanzas públicas luego del impacto adverso de la pandemia sobre las cuentas fiscales. El equipo de Investigaciones Económicas proyecta que el abultado déficit fiscal de este y el próximo año (9,0% y 7,3% del PIB, respectivamente) llevará la deuda bruta del Gobierno Central a 67% del PIB en 2021.

Aunque el país mantuvo el grado de inversión en 2020, los riesgos de perderlo el próximo año siguen latentes. La confianza de los inversionistas y las agencias calificadoras en el manejo macroeconómico de Colombia es uno de los activos más importantes del país, y protegerlo debe ser una prioridad. 

El Ministerio de Hacienda estableció la necesidad de una reforma fiscal ambiciosa el próximo año para reducir estructuralmente su déficit en dos puntos del PIB. No hacer el ajuste implicaría que el país pague intereses adicionales por su deuda por al menos 0,3% del PIB, en promedio, entre 2022 y 2031.

En valor presente de estos intereses asciende a 78 billones de pesos de 2020, equivalente a más de seis veces la inversión para el Metro de Bogotá, 1,6 veces el Capex total estimado para los proyectos de infraestructura 5G y 1,3 veces el rubro de inversión en el Presupuesto General de la Nación para 2021.

'Dado que su capital político es limitado, creemos que el Gobierno debe priorizar la implementación de ajustes en el mercado laboral –para reducir los costos de generar empleo formal– y en materia fiscal, en donde el reto es incrementar los ingresos tributarios sin poner en riesgo la reactivación económica, y hacer más eficiente el gasto público', señaló Maria Lorena Gutiérrez, presidente de Corficolombiana en su intervención durante el evento.

'La crisis económica actual representa una oportunidad histórica para realizar las reformas que el país viene aplazando desde hace tiempo y que pueden impulsar su competitividad y aumentar la capacidad de crecimiento a largo plazo', concluyó.

Por otro lado, según Corficolombiana, el consumo privado crecería 5% en 2021 y recuperaría cerca del 70% de la pérdida observada este año, impulsado por unas condiciones favorables en materia de tasas de interés e inflación. La recuperación de la confianza de los consumidores aumentaría la disposición a comprar bienes durables y semi-durables y aceleraría la normalización de algunas actividades en el sector servicios. Aún con este rebote esperado, el nivel de producción y la tasa de desempleo no regresarán a sus niveles pre-pandemia en 2021. En el escenario base la tasa de desempleo promedio para el próximo año se ubicará cerca de 15%.

'El rebote en crecimiento también estará apalancado en una ambiciosa agenda en materia de infraestructura, gracias a la confluencia de varios programas que incluyen la continuidad de los proyectos de cuarta generación, el inicio de la primera ola de proyectos 5G y de megaproyectos como el Metro de Bogotá, entre otros', puntualizó.

En línea con la recuperación económica, el equipo de Investigaciones Económicas anticipa que la inflación regresará nuevamente a la meta de 3,0% a finales de 2021.