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Al final del presente año, la pandemia de la Covid-19 impulsaría a cerrar a cerca de 2,7 millones de empresas en América Latina, lo que llevaría a situación de desempelo a 8,5 millones de personas. Así lo advirtió la OCDE tras la publicación de su más reciente informe de perspectivas económicas para la región y que acompañó la Universidad del Rosario.

Para Sebastián Nieto, director de la Unidad de América Latina y el Caribe en el Centro de Desarrollo de la OCDE, la transformación digital es un instrumento fundamental para que los hogares, las empresas, los estudiantes y los trabajadores puedan reducir las brechas tecnológicas actuales. Sin embargo, para que esta se implemente, se necesita una agenda integral y comprensiva donde la política digital pase a ser una política de desarrollo gubernamental.

Esta transformación digital incluye diferentes sectores sociales, como el educativo. Al respecto Alejandro Cheyne, rector de la Universidad del Rosario, dijo que la implementación de estas herramientas en el sector educativo ha tenido diferentes beneficios y desafíos, ya que la educación no estaba preparada para la contingencia, no obstante, los campos universitarios van más allá del aprendizaje, la presencialidad y se fusionan en la comprensión, ayuda e implementación de estas herramientas.

Juan Vázquez, economista de la Unidad de América Latina y el Caribe en el Centro de Desarrollo de la OCDE, señaló que la solución e implementación de políticas que acompañen estás tendencias digitales, contribuyen a mejorar las confiabilidad y credibilidad de los gobiernos, ya que se incluyen plataformas para tomar decisiones públicas que brindan una transparencia frente al ciudadano.

Por su parte Carolina Valencia, directora de Política Pública del Centro de la Cuarta Revolución Industrial, comentó que la transformación digital puede generar una igualdad de oportunidades, siempre y cuando, se tenga en cuenta al 23% de la población que pertenece a la parte rural y no tiene fácil acceso a las herramientas tecnológicas.

Otras conclusiones

Además de la principal conclusión de que la transformación digital es un mecanismo para dar respuesta a los desafíos que viven los países, el informe también señala que en promedio el crecimiento del PIB se contraerá más de un 9% en 2020, y las tasas de pobreza podrían aumentar 4.4 puntos porcentuales en 2020.

A corto plazo, a medida que se eliminen gradualmente las medidas de confinamiento, será fundamental un apoyo económico continuo para estimular el consumo y fortalecer la inclusión, así como iniciativas de inversión para promover la actividad económica.

En el mediano plazo, las repercusiones de la crisis deben transformarse en una oportunidad para redefinir el pacto social, convirtiendo el bienestar en un elemento central, dando prioridad a sistemas de protección social más fuertes, unas finanzas públicas más sólidas e inclusivas, así como la necesidad de poner en marcha estrategias productivas inclusivas y sostenibles.

De igual forma, con las políticas adecuadas, las nuevas tecnologías pueden contribuir a la mejora de la calidad del empleo y las competencias, y a la creación de nuevos puestos de trabajo en el mercado formal.

Asimismo, las nuevas herramientas digitales pueden resultar decisivas para mejorar las instituciones públicas; si estas adoptan apropiadamente las nuevas tecnologías, podrían ser una fuente de productividad y mayor competitividad.