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Uno de los mayores impactos que deja la pandemia a nivel global, además de sus graves implicaciones en materia de salud pública, lo vive la economía. La mayoría de los países han entrado en recesión con caídas que no se registraban en la historia reciente, situación que los ha llevado a tomar medidas de choque en busca de mitigar las consecuencias.

El Banco Mundial prevé una contracción económica en América Latina en este año a niveles del 7%, mientras que la Cepal le apunta a un -5,3%. Para Colombia se proyecta que la contracción del PIB en 2020 esté cercana al 7%.

Al tiempo que las economías caen por el efecto que tuvieron los prolongados cierres y restricciones que se aplicaron para frenar la expansión de la Covid-19, miles de empresas de todos los sectores en la región y el mundo, redujeron sus operaciones o simplemente se vieron obligadas a cerrar, lo que conllevó un incremento del desempleo a niveles inesperados.

Más allá de los números están los millones de personas que vieron afectadas sus vidas, de una u otra manera, con la llegada de la pandemia. En medio de la incertidumbre los mercados cayeron y el comercio internacional decayó, el petróleo alcanzó precios negativos y millones trabajadores perdieron sus empleos.

La aprobación de las vacunas contra la Covid-19 de los diferentes laboratorios y el comienzo de las campañas de inmunización permite esperar un mejor escenario para el 2021, cuando se espera la gradual recuperación de las economías.