Cerrar el 2020 con una inflación de 1,61%, la más baja de la que el DANE tenga registro, es otro de los récords históricos que deja la pandemia en Colombia.
Si bien una variación de Índice de Precios al Consumidor (IPC) tan baja puede indicar que hay menos alzas en los precios, también evidencia una caída en la demanda interna y un fuerte ajuste de los precios por causa de la pandemia.
Para el empresario y analista Joseph Daccarett, lo mejor que le puede pasar a un país es tener una inflación moderada que no supere el 4%, incluso puede ser del 2%. 'Las inflaciones muy bajas desmotivan el crecimiento económico', señala.
Explica que una inflación alta lleva a que se presenten fenómenos como especulación de precios y en muchos casos escasez. 'En el caso de Colombia, la inflación como está favorece a la población de menores ingresos, pues sus salarios les alcanzarán para comprar más bienes y servicios', añade.
Por su parte, la economista de Scotiabank Colpatria, Jackeline Piraján, asegura que la inflación de 2020 es reflejo de 'una debilidad de la demanda, de la caída en los ingresos y de que el grueso de los rubros variaron menos de lo que varían en promedio en un año en el que la economía opera con normalidad'.
Destaca que hubo variaciones negativas en tres rubros en el año, siendo los más importantes los de educación y prendas de vestir. 'Ambos reflejando el impacto generado por los ingresos en los hogares y en los precios de la economía'.
A su vez, María Paula Castañeda, de BBVA Research, dice que al analizar la clasificación económica de la inflación se observa que hubo una aceleración del grupo de alimentos hasta el 4,44% por cuenta de algunos perecederos, pero también de las comidas fuera del hogar, que podrían estar evidenciando un mayor traspaso del incremento de los costos derivados de los protocolos de bioseguridad y la limitación de capacidad (aforo).