La reducción de la jornada laboral en Colombia de 48 a 42 horas semanales provocó uno de los más álgidos debates al cierre la pasada legislatura en el Congreso de la República. El proyecto que fue aprobado generó voces a favor y en contra.
Su objetivo es reducir la jornada laboral en el país y encaminarla, paulatinamente, hacia el promedio mundial.
En concreto, este proyecto impulsado por el partido Centro Democrático, contempla una reducción progresiva de la jornada laboral de 48 a 42 horas semanales.
La rebaja comenzará en 2023 con una hora, misma reducción planteada para 2024. En 2025 y 2026 se reducirán dos horas en cada año para cumplir con la meta fijada. Todo esto, sin afectar los salarios ni las primas legales y las cotizaciones a pensión de los empleados.
Pese a ser de la autoría del partido de Gobierno, la misma Administración de Iván Duque, así como los principales dirigentes gremiales del país han mostrado un rechazo contundente a la iniciativa, argumentando que se vería afectada su productividad y se encarecería la contratación de nuevas personas lo que desincentiva la generación de empleo y aumenta la informalidad, aspectos intrínsecamente ligados al proceso de reactivación económica del país luego de la pandemia de la covid-19.
Otras voces, como los ponentes del proyecto y expertos laborales, ven esta reforma con buenos ojos, toda vez que se enmarca en los propósitos de instituciones internacionales laborales, como la Organización Internacional del Trabajo (OIT), y se sustenta en mayor beneficio social y personal para los trabajadores. Estos factores se consideran importantes para incrementar la productividad.