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El aumento progresivo de las tarifas de energía en la Costa Caribe es un tema de permanente preocupación para autoridades, dirigentes, empresarios y usuarios del servicio en general.

Desde la región se han realizado varios llamados no solo al Gobierno nacional, sino a todos los agentes de la cadena para adoptar medidas que ayuden a mitigar el impacto de las altas tarifas en las finanzas de los hogares costeños que ya están golpeadas por la elevada inflación.

El valor del kilovatio hora de energía (Costo Unitario de Prestación del Servicio -CU) que consumen los usuarios es resultado de la suma de varios componentes como Generación (G), Transmisión (T), Distribución (D), Comercialización (C), Pérdidas (PR) y Restricciones (R).

Los diferentes componentes de la tarifa vienen aumentando por diversas razones a las cuales se debe apuntar para frenar la escalada alcista.

Frente al componente de Generación, que se relaciona con la compra de energía a las generadoras, se plantea la revisión del indicador con el que se actualizan los precios en los contratos, que es el Índice de Precios al Productor (IPP), que pasó de 18,34 % anual en julio de 2021 a 32,85 % en el mismo mes de 2022.

Para ello se deben realizar acuerdos entre las empresas de energía que operan en la región con las generadoras que le venden el energético.

Frente a los indicadores de Pérdidas y Restricciones se espera que la Comisión de Regulación de Energía y Gas (Creg) revise la metodología que se viene aplicando y que contribuye al alza.

En el caso de la Distribución, hay un esquema tarifario especial para la región, que ya fue demandado por la Alcaldía de Barranquilla y otras organizaciones.