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La presidenta de Taiwán, Tsai Ing-wen, dejó un mensaje de valentía y decisión en su reciente viaje al hemisferio occidental, que incluyó escalas en Nueva York y California.

Su reunión con el presidente de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Kevin McCarthy, y otros miembros de ambos partidos del Congreso estadounidense fue seguida con atención por toda la prensa estadounidense.

Al recibirla, McCarthy calificó a la presidenta Tsai como 'una gran amiga de EE. UU. y dijo estar optimista de que continuarían encontrando caminos para que los pueblos de Taiwán y Estados Unidos trabajen juntos promocionando la libertad económica, la democracia, la paz y la estabilidad'.

Por su parte, la presidenta Tsai agradeció la hospitalidad que calificó de 'calurosa' como el sol de California y agradeció a la delegación congresional bipartidista, diciendo: 'Estoy muy complacida'.

Otra importante figura política estadounidense, el secretario de Estado, Anthony Blinken, expresó su opinión sobre la visita de la mandataria taiwanesa a EE. UU., al referirse al tema frente a la prensa en Bruselas: 'No hay nada nuevo en que un presidente de Taiwán pase por EE. UU.'. Y agregó: 'Beijing no debería usarlo como una excusa para tomar acciones o incrementar las tensiones'.

El analista político y exdiplomático Luis Zúñiga dijo que es indudable es que los líderes políticos de EE. UU. están mostrando su apoyo a Taiwán y dando evidencias de que no se dejan coaccionar o amedrentar por las amenazas de Beijing.

Otras muestras de apoyo a Taiwán tuvieron lugar en la primera escala de la presidenta Tsai en Nueva York, en tránsito a Guatemala y Belice.

En el aeropuerto neoyorquino fue recibida por el líder de la minoría demócrata en el Congreso, Hakeen Jeffries y también se reunió con los senadores federales republicanos Joni Ernst y Dan Sullivan y con el senador demócrata Mark Kelly.

Luego de su reunión con la presidenta Tsai, el congresista Jeffries emitió una declaración en la que expresó: 'Tuvimos una conversación muy productiva sobre la seguridad y los intereses económicos de Taiwán y EEUU. También discutimos nuestro compartido compromiso con la libertad y la democracia'.

Esta ha sido una gira muy productiva para Taiwán y sus lazos con el exterior. No en balde al iniciar este periplo, la presidenta Tsai había dicho en el aeropuerto de Taipei: 'Las presiones externas no impedirán que Taiwán se conecte con el mundo y con las democracias de su misma naturaleza'.

También reafirmó su inamovible posición de que Taiwán no dará marcha atrás y que los amigos en EEUU que apoyan a Taiwán tampoco lo darán, y finalizó sus declaraciones de partida, afirmando: 'Los aliados democráticos deben estar más unidos y realizar intercambios más frecuentes'.

Taiwán se muestra como todo un baluarte de defensa de la democracia y las libertades en una atmósfera mundial cada vez más agresiva y con tintes totalitarios.