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Ser pescador en la Ciénaga de Mallorquín amparado por las garantías que implica un trabajo formal es una de las realidades que ha ido trazando la Alcaldía Distrital de Barranquilla por medio del Centro de Oportunidades.

El mencionado órgano se mantiene en interacción frecuente con las 20 asociaciones de pescadores y las 15 de caseteros, que agrupan a quienes por décadas han obtenido su sustento de las aguas de Mallorquín.

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Hoy, cuando el discurso y las acciones de las autoridades apuntan a proteger el medio ambiente, los pescadores que tanto padecieron por la indiferencia cuentan con frecuentes reuniones de sensibilización y socialización en las que conocen a fondo toda la ruta del proyecto.

'Con la implementación de la Ruta de Desarrollo Productivo, se ha verificado el acompañamiento en la formalización necesaria para que puedan seguir llevando a cabo sus labores productivas de manera óptima', señaló un portavoz del ente distrital.

Los pescadores recibieron cajas de anzuelos, que les permitirán mejorar sus equipos de pesca y aumentar su producción. Por su parte, los caseteros recibieron un bono que permite acceder a 7 sillas, 5 bandejas y una cava para mejorar sus negocios.

Un paso fundamental

Como parte del plan durante el año 2022 el Centro de Oportunidades con su ruta de desarrollo productivo y junto a la Fundación Santo Domingo y el acompañamiento de Goal, benefició a 900 personas.

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'El enfoque se centró en el fortalecimiento de las unidades productivas, a través de la capacitación en la fabricación de cavas artesanales y enfibrado, así como en la implementación de normas de calidad y garantías en la prestación de servicios', explicó un portavoz del Distrito.

El siguiente paso en el proceso de transformación es la educación financiera para que los beneficiados puedan garantizar la sostenibilidad de sus negocios.