Madelaine Álvarez, una joven inquieta por la repostería, reconoce sin rubor que fracasó en su primera panadería en 2021. Cuenta que la abrió con 300 mil pesos como una informal, pero la cerró al darse cuenta que lo que invertía no retornaba. 'La inversión se dio porque recibí la ayuda de familiares. Solo quería abrir el negocio de hacer tortas. No aguanté. El panadero al que le pagaba por día 55 mil pesos el día, me pedía y yo le daba lo que necesitaba. Por día solo ingresaba 16.000 pesos. No aguanté y cerré'. La panadería, con el nombre de Majayura, clausuró su sede en el barrio Los Olivos, en el suroccidente de Barranquilla.
Madelaine Álvarez, nacida en Maicao, no se quedó de manos cruzadas. Ahora tres años después, con el Sena Atlántico se capacitó y aprendió a hacer presupuestos y costos de cada materia prima para elaborar panes y otros productos con harina, abrirá una nueva panadería y con tres socias.