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Con la llegada de diciembre, el ambiente festivo se mezcla con el ajetreo de las compras de fin de año, pero también trae consigo un fenómeno menos celebrado: el estrés financiero. Más allá de una cuestión meramente económica, este fenómeno impacta directamente en la salud mental de las personas, siendo las compras y los gastos excesivos factores significativos que contribuyen a esta presión.