Luego de la decisión del Fondo Monetario Internacional (FMI) de suspender la Línea de Crédito Flexible (LCF) que tenía Colombia, María Claudia Lacouture, presidenta de la Cámara de Comercio Colombo Americana (AmCham Colombia) alzó su voz de alerta.
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El organismo internacional señala que el país está sujeto a dos aspectos: la finalización de la consulta del Artículo IV y a una posterior revisión intermedia de la LCF.
“Desde el 26 de abril de 2025, la calificación continua de los colombianos para la línea de crédito flexible (FCL) de las IMFMs depende de la finalización de la consulta en curso del Artículo IV y una revisión intermedia posterior de FCL. El acuerdo de FCL se aprobó el 26 de abril de 2024, por un período de dos años con una revisión intermedia para evaluar la calificación continua”, aseguró Kozack.
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Sobre esta decisión, Lacouture aseguró que “es una alerta clara” para Colombia y llamó a que se tomen las medidas necesarias para revertir lo hecho por el FMI y así no se termine de desbaratar la confianza en el país.
“La suspensión temporal del acceso de Colombia a la Línea de Crédito Flexible del FMI, una “tarjeta de crédito de emergencia”, es una alerta clara. Aunque no hemos perdido todo el respaldo, urge corregir el déficit fiscal, controlar el gasto y fortalecer el crecimiento. El tiempo para actuar y recuperar la confianza es limitado”, declaró la presidenta de AmCham Colombia.
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Ya el 18 de abril pasado, el FMI había emitido unas conclusiones preliminares sobre las finanzas públicas tras una visita a Bogotá a mediados de febrero y principios de abril.
En el comunicado señalan que “los déficits públicos y la deuda pública han aumentado más de lo esperado. El déficit fiscal general del gobierno central aumentó al 6,7 por ciento del PIB en 2024, frente al 4,2 por ciento del PIB en 2023 y 1,1 puntos porcentuales del PIB por encima de la meta de déficit de las autoridades en el marco fiscal de mediano plazo”.
“Las restricciones de liquidez contribuyeron a una acumulación de grandes atrasos presupuestarios (2,8 por ciento del PIB) que están en proceso de liquidarse este año, compitiendo con los recursos presupuestarios de 2025. Los mayores déficits, junto con un peso algo más débil, dieron como resultado que la deuda pública bruta alcanzara el 61,3 por ciento a fines de 2024”, agrega.