La aplicación de la nueva fórmula que hacía que el precio del gas en boca de pozo para la industria en la Costa Caribe bajara un 18%, fue rechazada esta semana por la multinacional Chevron, lo cual ha hecho que se convierta en el blanco de las críticas del sector industrial de la región.
Debido a que los contratos de suministro de gas para la industria costeña están distribuidos en un 45% con Ecopetrol y un 55% con Chevron, la esperada reducción del precio solo llegará al 6% por la negativa de la petrolera norteamericana a aplicar la fórmula de la Resolución 213 de 2015 de la Comisión de Regulación de Gas y Energía, que incluye al WTI como indicador con un peso del 35%.
La polémica llegó a tal punto que la ministra de Comercio, Industria y Turismo, Cecilia Álvarez-Correa, exhortó a Chevron a reconsiderar esta decisión, con la que se mantiene la inequidad en los precios del gas entre la Costa Caribe y el interior del país.
'Posiciones intransigentes no ayudan', dijo a la petrolera, el presidente de la Asociación Nacional de Empresarios, Andi, Bruce Mac Master, uniéndose al llamado de la ministra de Comercio.
Los pronunciamientos de mincomercio y de la Andi, reflejan la preocupación expresada por los empresarios, congresistas y mandatarios electos de Barranquilla y Atlántico, en una carta enviada al presidente Juan Manuel Santos, solicitando su intervención ante la situación con Chevron.
Señalan que una reducción del 6%, que en la práctica implica una baja del 4,5% en la tarifa final de la industria, no solo resta competitividad al sector, sino que mantiene la desigualdad en los precios del gas en boca de pozo que paga la Costa, frente a otras regiones. La diferencia de precios con Bogotá queda en un promedio de 1,4 dólares.
Para Edgardo Sojo, presidente del Comité Intergremial del Atlántico, lo que hizo Chevron fue aprovechar la opción que dejó abierta la Creg en la Resolución 213 que condiciona la aplicación de la nueva fórmula para la actualizar los contratos de largo plazo, a la aceptación de ambas partes, en este caso productores y comercializadores.
'El hecho aquí es quién define las políticas de Estado y quién regula, pues la política es: vamos a hacer equitativa la industria de la Costa Atlántica con el interior del país y vamos a equiparar el precio del gas en boca de pozo entre el interior y la Costa, pero luego se deja abierta una puerta inmensa en la resolución, por donde se cuela Chevron, desconociendo las expectativas de la región', agregó.
Sojo piensa que el llamado de la ministra Álvarez-Correa puede tener respuesta en la petrolera. 'Chevron es importante para el país, también es importante que las empresas hagan inversiones en exploración y aumenten la producción, pero con la base de no estar aisladas de las regiones sino ser socias de la industria y la comunidad', añadió.
Lo que mueve Chevron
En Colombia la multinacional tiene una importante participación el sector del gas natural, pues a través de la asociación con Ecopetrol, maneja los campos Ballenas, Riohacha y Chuchupa (los dos primeros en tierra y el tercero costa afuera ) en La Guajira, donde se produce suficiente gas natural para abastecer casi el 60% de la demanda nacional. La producción de los campos está en un promedio de 480 millones de pies cúbicos diarios de gas natural.
La compañía opera los campos y recibe el 43% de la producción durante lo que resta de vida útil de cada campo y un porcentaje variable del volumen de producción en base a los aportes anteriores de capital de Chuchupa.
De acuerdo con el reporte entregado por la empresa a la Superintendencia Financiera de Colombia, los ingresos operacionales de Chevron Petroleum Company en 2014 sumaron 3,6 billones de pesos, con una reducción de 7,3% frente a 2013. La ganancia bruta fue de 617 mil millones de pesos.
Los negocios de la petrolera en Colombia también incluyen, entre otros, la operación de más de 400 estaciones de servicio Texaco en el país, donde tiene un 15% del mercado de combustibles para automóviles.
Precios al alza
La posición de Chevron en cuanto al precio del gas natural no es un secreto, pues durante el Congreso Nacional de Naturgas, gremio del sector, realizado en abril de este año en Medellín, Javier La Rosa, presidente de Chevron Colombia, advirtió que los precios del combustible a futuro podrán subir hasta en un 50% en el país.
Ello como resultado del aumento creciente de la demanda, los mayores costos de producción, el desequilibrio entre oferta y demanda y las limitantes para la incorporación de nuevas reservas. Destacó, además, que los costos de producción del gas en los nuevos yacimientos que se desarrollen a futuro, serán más altos.
El caso de Cartagena
Otro de los temas ‘candentes’ que preocupa a la industria costeña hace referencia a una coyuntura que se presenta en esta semana y hasta el 24 de diciembre, por un mantenimiento correctivo que realiza Chevron en el campo Chuchupa para cambiar una turbina en un sistema de compresión de la centrífuga.
Esta parada que comenzó desde el pasado viernes, 18 de diciembre, de acuerdo con María Claudia Páez, presidenta ejecutiva de la Cámara de Comercio de Cartagena, dejaría pérdidas diarias cercanas a los $26 mil millones, que se traducirían en más de $200 mil millones por el tiempo que durarían unas cien empresas del sector de Mamonal con su producción paralizada por la falta de gas.
Ramón Pereira, presidente de la Andi, seccional Bolívar, dijo la compañía pudo aplicar medidas que redujeran el impacto para la industria cartagenera.
La empresa dijo que el cambio de la turbina es necesario para evitar el riesgo de un incidente de mayor importancia en el equipo que pudiera afectar el suministro de gas para el país.
Productores siempre rechazaron cambio de fórmula: ACP
El presidente de la Asociación Colombiana de Petróleo, ACP, Francisco Lloreda, dijo que el gremio, a nombre de las empresas de exploración y producción, ya había expresado que estaba en desacuerdo con una nueva modificación a la fórmula para actualizar los contratos de suministro de gas de largo plazo, antes de que se anunciara el acuerdo del 30 de noviembre. 'Uno de los principios fundamentales para que esta industria pueda existir en Colombia es la estabilidad en las reglas del juego, pero infortunadamente en los últimos tres años se han cambiado cuatro veces estas reglas, lo que ha generado profunda incertidumbre en quienes aspiran a invertir en la actividad de hidrocarburos, especialmente en el gas', indicó.
De acuerdo con Lloreda, a la ACP, le llama la atención que 'el grupo de empresas de Costa Caribe, que solicitó la modificación de la fórmula y del WTI, fue el mismo que el año pasado pidió al Gobierno nacional que el indicador del gas estuviese atado de manera exclusiva a la inflación'. Señaló que no fueron los productores los que pidieron que el indexador estuviese atado a la inflación. 'Lo que no puede pasar es que dependiendo de si la inflación sube o baja y si el precio del petróleo baja, estemos variando la fórmula de los incrementos anuales de los precios del gas', agregó.
El dirigente gremial indicó que si ya se conocía la posición del gremio no era una sorpresa el hecho de que las empresas afiliadas, como es el caso de Chevron, reiteren su posición y no se acojan a la opción que la Comisión de Energía y Gas, Creg, les ofreció en la Resolución 213 de 2015.
Para el gremio es necesario hacer una diferenciación entre la discusión en torno a encontrar una mejor fórmula para indexar o actualizar los contratos que se suscriban a futuro, en la cual deben participar todos los actores de la cadena, pero no acepta que se cambien las reglas de juego para el caso de contratos ya existentes y firmados, 'eso es lo que está ocurriendo, que el ministro de Minas y Energía se sienta concertar solamente con un actor de la cadena, que termina siendo un grupo que representa el 2% de la industria del país', agrega Lloreda y señala que el mensaje que se manda es que unos pocos son los que definen la política pública del país en materia de gas. Recordó que la ACP desde hace más de un año le informó al Gobierno nacional, que la discusión más allá del indexador, debía centrarse en temas estructurales como la construcción de un gasoducto bidireccional entre los campos del interior del país y la Costa Atlántica, para que cuando haya excedentes se puedan enviar a la región. Obra que considera debe ejecutarse con recursos públicos.