Compartir:

Por más de 50 años, Colombia ha vivido uno de los mayores conflictos armados en todo el mundo, una disputa que ha generado cuantiosos gastos, pérdidas humanas y sociales, y ha acabado con el sueño de muchas familias.

Pero, ¿cuánto nos ha costado recorrer el camino para llegar a la paz? Un camino del que aún, como colombianos, nos queda mucho trecho por avanzar.

Hasta el momento, de acuerdo con el rubro destinado a Defensa y Seguridad en el Presupuesto General de la Nación (PGN), el país invierte aproximadamente $22 billones anuales en este sector. Eso implica que el país ha gastado alrededor de $330 billones en los últimos 15 años.

Para tener una idea de la magnitud del presupuesto, esa cifra equivale a la producción interna de los departamentos de Atlántico, Antioquia y Cundinamarca, sumada Bogotá, durante 2015.

De acuerdo con cifras del Banco Mundial, Colombia es el país de Latinoamérica de mayor gasto militar en proporción al Producto Interno Bruto correspondiente. Para 2016 se proyecta gastar $29,1 billones para el rubro de Defensa y Policía, lo que equivale a 3,5% del PIB nacional.

Esta proporción, que incluye Fuerzas Armadas y las fuerzas de mantenimiento de la paz, pone a Colombia en el mismo rango que a Estados Unidos y por encima de Brasil, que destinan de su 3,5% y 1,3% de su PIB, respectivamente.

Según León Valencia, director de la fundación Paz & Reconciliación, vale la pena el esfuerzo. 'En medio de una guerra los costos se elevan, pero paulatinamente se reducen. Solo hay que pensar en mantenimiento de tropas que serán reducidas o el sostenimiento de equipos de aviación. Lo que resulta complicado es cuantificar los recursos perdidos por corrupción y, sobre todo, pérdidas humanas', expresa.

Juliana Castellanos Díaz, magister en comunicación de la Pontificia Universidad Javeriana, también cree que los costos son mucho más altos. 'Visibilizar los costos económicos del conflicto armado colombiano no es una labor que permite dimensionar la crueldad del fenómeno y la urgencia de finiquitar la paradoja que divide al país en uno que invierte cantidades asombrosas en la guerra', explica.

PROCESO DE PAZ. Tras varios intentos para poner fin al conflicto interno en gobiernos pasados, cuantificar todo este proceso cobró fuerza desde octubre de 2012, cuando el Presidente Juan Manuel Santos decidió comenzar las negociaciones con las Farc.

Dicho proceso está basado en la negociación de seis puntos fundamentales que incluyen acuerdos sobre: 1) desarrollo agrario integral; 2) cese al fuego y dejación de armas; 3) derechos y garantías para la participación política de los grupos opositores; 4) solución al problema de las drogas ilícitas; 5) reparación de víctimas y 6) implementación del acuerdo.

A pesar de estar a puertas de un proceso de paz que va en curso durante estos tres últimos años, se esperaría que los recursos destinados a la seguridad aumentaran para tener un mayor control.

De manera cómo quedó registrado en todos los medios nacionales, las órdenes del presidente Juan Manuel Santos son la de no retroceder contra los grupos armados ilegales y pensando en el posconflicto: la Fuerza Pública incrementó entre enero de 2013 y 2014 en 39 mil el número de efectivos.

El Ministerio de Defensa registró que para enero de 2013, el número de efectivos era de 428.553 y para el mismo mes de 2014 la cifra subió a 467.634, es decir 39.081 uniformados más.

De acuerdo con el informe del Ministerio, el Ejército es el que más efectivos tiene en sus filas con un total de 243.325, seguido por la Policía Nacional que tiene 176.557 uniformados. Las instituciones con que menos efectivos cuentan son la Armada Nacional que solo reporta 33.824 y la Fuerza Aérea Colombiana que solo tiene 13.928.

Este personal tiene asignado del Presupuesto General de la Nación de 2016 la suma de $13,4 billones para cubrir gastos y salarios de los uniformados. Este rubro ha venido en aumento en los tres últimos años, pasando de $12 billones en 2014 a $13 billones en 2015.

INVERSIONES EN SEGURIDAD. Para tener en cuenta Barranquilla, mediante la expedición de su presupuesto del año 2016 y en el marco de su autonomía territorial, manifestó un cálculo de gastos alrededor de $2,2 billones. De los cuales servirán para la ejecución del Plan de Desarrollo del alcalde entrante.

En 2014 el monto destinado para inversión del sector de defensa y policía fueron $2,2 billones. Suma que sirvió para 'dar el salto definitivo hacia la Prosperidad', como manifestó el documento, a través de recursos dirigidos a comandos, Control y comunicaciones, movilidad, seguridad ciudadana, bienestar fuerza pública, inteligencia, defensa aérea y control marítimo y fluvial.

Para 2015 y 2016, el monto destinado a inversiones en seguridad ha venido disminuyendo, pasando de $1,5 billones y finalmente a $1,2 billones.

Para este año la política de defensa irá destinada a mantener el nivel de alistamiento de los equipos en las diferentes fuerzas, adquiriendo una aeronave de ala fija, dos buques de desembarco anfibio y 95 aeronaves y componentes mayores; también se busca finalizar la adquisición de material de guerra, construcción de estaciones de policías, comandos y batallones, y mejorar el bienestar de la fuerza pública con cinco establecimientos hospitalarios y 25 unidades de vivienda construida.

COSTOS NO CUANTIFICABLES. Un factor que dificulta cuantificar el conflicto armado son los costos sociales en los que ha incurrido el país.

De acuerdo con cifras del Centro de Memoria Histórica, las manifestaciones de violencia de los grupos armados entre 1958 y 2012 cobraron la muerte de cerca de 218.000 personas, el 81% de estos fueron civiles. Adicionalmente, el Centro estima que entre 1970 y 2010, 27.023 personas fueron víctimas de secuestro, un 91% de estos delitos fueron por parte de guerrillas, y entre 1996 y 2012, 4,7 millones de personas fueron víctimas de desplazamiento forzado.

'Los actos de violencia por parte de los grupos armados han tenido un gigantesco impacto sobre el tejido social del país, dejando una estela devastadora en términos de asesinatos, desapariciones y desplazamiento forzado', comenta María Paula Contreras, analista económica de Fedesarrollo.

De acuerdo con registros del Gobierno, entre 1958 y 2012 murieron 220.000 personas como consecuencia del conflicto armado, lo que equivale a toda la población de una ciudad como Sincelejo o Popayán.

En Colombia una de cada tres muertes violentas del país las produce la guerra.

Durante cinco décadas, en promedio, cada día murieron 11 personas por esta causa. De estos muertos el 81% eran civiles; y entre 1985 y 2015 aparecen 7.558.854 víctimas del conflicto armado.

En cuanto a las estadísticas de víctimas por las minas antipersonas y artefactos explosivos, el registro del Ministerio de Defensa señala que en 2003 fueron 757.

Para 2004 de 897; para 2005 de 1.182; para 2006 de 1.235; para 2007 de 977; para 2008 de 855; para 2009 de 746; para 2010 de 616; para 2011 de 550 y para 2012 de 498. Y en 2013 fue de 359.

El primer beneficio de ponerle fin al conflicto es detener los costos que este representa para diferentes sectores del país, ante todo el costo en vidas humanas.

Para Contreras, existe una amplia certeza de que la paz trae innumerables beneficios de orden social y humano, en la medida en que reduce la victimización y mejora la calidad de vida de los habitantes de las regiones afectadas por la violencia.

Un estudio de la Universidad de los Andes, sobre Costos económicos y sociales del conflicto: ¿cómo construir un posconflicto sostenible?, los autores coinciden en que si los ataques de la guerrilla se redujeran en un 100%, y todos los demás factores permanecieran constantes, el PIB departamental aumentaría anualmente en promedio 4,4%.

De esta forma, los autores afirman que el beneficio del acuerdo de paz sería supremamente alto, pues el PIB departamental se duplicaría en 8,5 años, aproximadamente la mitad del tiempo que tarda en duplicarse en la actualidad.

Esta investigación menciona que un beneficio adicional del fin del conflicto armado se deriva de una reducción progresiva de los costos asociados al conflicto, dentro de los cuales el gasto en defensa es particularmente relevante para Colombia.

Una forma de ver un posible recorte en este gasto es a través de la reducción del pie de fuerza militar con el que cuenta la nación para hacer frente a los enfrentamientos.

La revisión del sostenimiento del conflicto en el país en estos últimos 15 años permite proyectar lo que al país le costará en los próximos años mantener el nivel del gasto bélico alcanzado tras las cuantiosas inversiones en el sector de defensa. Según Castellanos, 'si el conflicto continua se estima un aumento anual de un billón de pesos del PGN'.

¿LE AFECTA EL CONFLICTO? Los que habitan las zonas urbanas creen erróneamente que el conflicto armado solo ha impactado las áreas rurales. Sin embargo, las ciudades son los sitios donde las víctimas del conflicto acuden para refugiarse, trayendo consigo problemas sociales de adaptación.

En materia empresarial, con el conflicto en un 33% se disminuyeron las ventas como resultado de daños en sus redes de distribución y transporte, con un 40% de perder una oportunidad de negocio. Sin duda es un problema que nos afecta a todos.