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La Costa Caribe se mantiene como la región con unas de las mayores frecuencias y duraciones de las interrupciones del servicio de energía del país, así lo evidencian los indicadores Saidi y Saifi que publica la Superintendencia de Servicios Públicos y que miden estas dos variables.

En el primer semestre del año, los indicadores de la Región se situaron por encima del promedio nacional. Córdoba y La Guajira fueron los departamentos más afectados.

El indicador Saidi que mide la duración de las interrupciones del servicio de energía muestra que los departamentos con mayor número de horas de desconexión fueron Córdoba (83,26 horas) y La Guajira (80,23); les siguen Magdalena (77,85); Sucre (74,58);Atlántico(67,86), Bolívar(64,47) y Cesar(51,42), frente a un promedio nacional de 26,7 horas al año.

Por su parte, el indicador Saifi que mide el número de interrupciones del servicio de energía al año, mostró que las mayores están en Magdalena y Córdoba con 88,42 y 80,60 interrupciones respectivamente. Les siguen Sucre con 69,08 interrupciones, La Guajira con 62,84, Atlántico con 60,18; Cesar con 57,09 y Bolívar con 57,06. El promedio nacional es de 37 interrupciones.

Asoenergía, gremio que reúne a los grandes consumidores de energía eléctrica de Colombia, ve con gran preocupación la situación energética por la que atraviesa la Costa Caribe.

Otra de las grandes preocupaciones del gremio es el cargo por 'restricciones' que, entre 2014 y 2018 registró en promedio un crecimiento de 70% anual, pasando de $4/Kwh a $29,4/Kwh.

Para el gremio este aumento es el resultado de limitaciones en las líneas eléctricas de alta tensión que conectan el interior del país con la Costa Caribe, y en la transformación de energía en las subestaciones de entrada en la Costa. Estas dificultades que presenta la infraestructura de transmisión en la región son las que, según el Asoenergía, han impedido que fluya suficiente energía de bajo costo desde el interior, forzando generación térmica local, que tiene costos muy superiores.

Recientemente, Asoenergía indicó que los sobrecostos en las restricciones por limitaciones en la infraestructura ascendieron en 2018 a unos USD700 millones y si bien a comienzos de este año se redujeron, volvieron a subir y en julio estaban en el orden de los USD1,3 millones diarios. Las restricciones las pagan todos los usuarios del servicio de energía del país y aparecen en la factura representadas como el componente R.

El presidente del Comité Intergremial del Atántico, Ricardo Plata, ha señalado que esta es una de las razones para que se esté presentando 'un racionamiento en la práctica' en la región, lo que se evidencia con el hecho de que a pesar de que la demanda de energía en la región Caribe crece, la generación térmica baja y la demanda no atendida sube. Explica que la suma de estas condiciones lleva a una reducción del costo de restricciones.

'El incremento de la suspensión del suministro de energía en muchas zonas de esta región coincide con una disminución del cargo por restricciones que se refleja en menor costo del servicio en todo el país, con lo que se estaría penalizando a la Región Caribe que ha contribuído de manera significativa, por la vía del consumo sostenido del 25% de la demanda nacional de electricidad, al desarrollo de la infraestructura de generación del interior del país', indicó.

Recordó que el pasado 6 de septiembre el Consejo Nacional de Operación de energía eléctrica solicitó al Minminas declarar un racionamiento programado en la región, pero el Ministerio apoyado en un concepto de la Comisión de Regulación de Energía y Gas (Creg) dijo que no se daban las condiciones para hacer esta declaratoria en la Costa.