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Pensar en el futuro, una vivienda, imprevistos o algún viaje, son los motivos más comunes para ahorrar, aunque sea debajo del colchón. Si usted es de los que tiene una alcancía, y todos los días le agrega una moneda de mil pesos, es momento de reformular su concepto de ahorro. 

Una opción que le puede funcionar para sus proyectos a futuro es el ahorro programado, un sistema bancario que le descuenta de su nómina de trabajo, como si se tratase de un crédito, una cantidad de dinero mensual con destino a su cuenta de ahorro programada. 

Si se pregunta cuál es la diferencia entre una cuenta de ahorro tradicional y una de ahorro programado es que la primera no tiene restricciones, es decir, usted consigna en el momento que quiera y el monto que desee. Tampoco se establece para qué quiere la cuenta a diferencia de la programada - aunque esto varía según la entidad bancaria y sus políticas -. En la segunda alternativa, el banco solicita una distinción específica, lo que puede significar restricciones referentes a los retiros. 

No obstante, estas restricciones no son negativas, pues evitará que retire su dinero en cualquier momento y este ahorro se vuelva dinero de bolsillo. 

El capital que usted reúna permanecerá guardado en el banco por el tiempo que usted requiera, mientras que la cuota de manejo o administración depende de la entidad. 

La docente en finanzas de la Universidad de la Sabana, María Teresa Macías, explica que entre las opciones de llenar un 'chanchito' o acudir a una cuenta de ahorro programada, la segunda le favorecerá más.