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Yonatan Bursztyn (Bogotá, 1959) soñó ser gerente de su propia compañía siendo un niño. En Bogotá durante las cenas tradicionales judías de los viernes, el Shabag, escuchaba relatos de sus familiares y de tres hermanos mayores–es el tercero de cinco hijos– sobre historias de personas que visionaron sus metas y las hicieron realidad.

Bursztyn estuvo bajo el amparo de sus hermanos tras la muerte de su papá, un judío migrante que llegó de Polonia e hizo familia en Colombia tras escapar de la hambruna y los efectos devastadores de la Primera Guerra Mundial a principio del Siglo XX. 

'Esas historias de emprendimiento me alimentaron', admite ahora este ingeniero industrial que está contando la historia de 31 años de su empresa: Nalsani, que tiene una marca potente, presente en 57 países. Es el fundador de Totto, y en la Semana del Emprendimiento en Barranquilla es el invitado de lujo para inspirar a decenas de asistentes en el Hotel del Prado.

En entrevista para El HERALDO habló del reto de innovar en tiempos de una voraz competencia.