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Los mensajes que presentan diversos sectores frente a la situación y operación de Monómeros, filial de Pequiven, son encontrados.

Por un lado la Superintendencia de Sociedades de Colombia la exonera del grado supervisión de control por sus avances en el plan de mejoramiento, y por el otro el presidente Gustavo Petro asegura que se encuentra ' casi que quebrada'.

Lo cierto es que la empresa del sector agroquímico, cuya sede principal está en Barranquilla, es uno de los activos en el exterior que el gobierno de Nicolás Maduro apunta a recuperar.

Actualmente Monómeros está a cargo de la oposición que lidera Juan Guaidó; sin embargo, en el interior de la Asamblea Nacional de 2015 hay algunos diputados que cuestionan el rumbo que ha tomado la empresa.

En los últimos días en Venezuela se adelanta una cruzada en busca de recuperar el control de esta compañía, el cual perdió en 2019, al igual que el de Citgo en Estados Unidos, el oro que está en Reino Unido y el avión que fue detenido en Argentina y que el Departamento de Justicia de EE. UU. busca confiscar.

Incluso se han realizado marchas de simpatizantes del gobierno de Maduro solicitando la devolución de los activos.

Tras el anuncio de la reanudación de las relaciones entre Colombia y Venezuela surge el interrogante sobre lo que viene para la empresa.

Sin embargo, hay un aspecto que se debe considerar y es la reciente aprobación por un año más de la licencia por parte de la Oficina de Control de Activos Extranjeros (Ofac por sus siglas en inglés) del Departamento del Tesoro de Estados Unidos, la cual le fue revocada durante el manejo del gobierno chavista.

Esta licencia le permite a la empresa acceder a créditos de la banca internacional y mejorar sus relaciones con los proveedores.