Los elevados costos de la modernización de la Refinería de Cartagena (Reficar) también le pasarían cuenta de cobro al precio de los combustibles. El proyecto que inicialmente costaba US$3.993 millones y terminó en US$8.019 millones, había generado una expectativa que solo cumplirá a mitad de camino.
Así lo consideran varios expertos consultados por EL HERALDO, quienes señalan que la refinería tendrá un gran aporte para la industria, pero no cumplirá las expectativas previstas para el sector energético.
Pero, ¿por qué se esperaba que la Refinería de Cartagena impactara el precio de la gasolina y el diésel?
Hay que empezar por recordar que a finales de 2013, el entonces ministro de Minas y Energía, Amylkar Acosta, y el expresidente de Ecopetrol, Javier Genaro Gutiérrez, asistieron a un debate de control político para justificar porqué en un país que produce alrededor de un millón de barriles diarios de petróleo, los colombianos pagaban un galón de gasolina caro.
Entre sus argumentos, los directivos señalaron que las refinerías de Colombia no estaban en capacidad de procesar todo el crudo, por lo que se debía importar una canasta de productos (gasolina, diésel y Jet) para abastecer el mercado local.
A esto se suma 'el factor de conversión, porque de 100 barriles que se refinaban, solo se sacaban en productos comerciales 70. Eso era insostenible e hizo necesario mejorar las plantas', explicó Amylkar Acosta.
De acuerdo con cálculos de la Unidad de Planeación Minero-Energética (Upme), presentados en el reciente estudio de la Contraloría General de la República (CGR), esto llevó a que entre 2010 y 2015 se importaran 31,09 millones de barriles de gasolina, 119,76 millones de barriles de diésel y 2,78 millones de barriles de jet.
'El balance (importación-exportación) de gasolina y el diésel es negativo, por un valor de $2.391,3 millones. Lo anterior refleja la importancia que tiene la entrada en operación de Reficar para (...) contribuir a aliviar la balanza comercial del país', reafirmó la Contraloría.
La primera implicación para el bolsillo de los colombianos está en que para cubrir ese déficit, por cada galón de gasolina, alrededor de 50% se le reconoce a Ecopetrol.
Fue por ello que Amylkar Acosta dijo en ese debate de control político que era necesario avanzar y poner en marcha la modernización de las refinerías. 'Cuando esté lista la modernización de las refinerías, esa mayor eficiencia, lógicamente, se trasladará al precio del combustible', indicó en ese entonces el exministro.
Ahora que ya se iniciaron las operaciones de la nueva planta de Reficar (y se llegue a integrar la unidad de crudo de la antigua refinería), se prevé que las cuentas de Ecopetrol se alivien. En palabras de la Contraloría, 'se podría aumentar la producción de gasolina y diésel (...) lo que contribuiría a mejorar el margen de autoabastecimiento de gasolina hasta 2022 y de diésel hasta 2020'.
En otras palabras, Colombia no solo dejaría de importar combustibles, sino que podría llegar a exportar. Bajo este escenario, el costos al productor (Ecopetrol) bajaría y podrían convertirse en un alivio para los colombianos en el precio de los combustibles.
Sin embargo, el contralor general Edgardo Maya no lo ve como 'una realidad cercana', por dos razones: la primera, la rentabilidad bajó (de 24% calculado en 2007 a 4,5%, en 2015), mientras que la inversión aumentó 101%; la segunda, porque los precios internacionales no ayudan a mayores ingresos a la empresa.
Es decir, con un menor margen de ingresos, la empresa deberá pagar una deuda mayor. Esto implicará a Ecopetrol, no solo porque Reficar es su filial de refinación, sino porque la petrolera es la garante de todas las deudas que asumió Reficar, así que debe asegurarse que la empresa tenga los ingresos suficientes para responder por sus compromisos.
Esto también comprometería las decisiones del Gobierno, pues el Estado es el socio mayoritario de la petrolera. 'Cualquier análisis sobre el precios de la gasolina o el diésel pasa por evaluar la situación financiera de Ecopetrol y ahí es claro que el Gobierno no va a impactar las finanzas de la empresa', señaló Germán Corredor, director del observatorio de Energía de la Universidad Nacional.
Para Acosta, aún hay que esperar para conocer este impacto en el precio del galón, porque solo hasta marzo estará operando completamente la planta. 'Habrá que hacer la suma, porque de la misma manera como habrá unos mayores costos, también habrá menores ingresos. El saldo, al final, deberá favorecer al consumidor del país, pero también a la competitividad'.
Abastecimiento
Otro impacto negativo de la refinería es que, aunque se pensó en su construcción para garantizar el autoabastecimiento del mercado local, Maya señala que esto solo será por unos años: en 2020 se tendría que volver a importar diésel, mientras que en 2022 pasaría lo propio con la gasolina.
Precios internacionales
Aunque los expertos coinciden en que esta es la refinería más moderna de América Latina, el inicio de sus operaciones se dio en medio de un entorno internacional de precios bajos y turbulencia en grandes economías como China y Brasil.
Luego de que el precio del petróleo estuvo en unos US$114 a mediados de 2014, el barril WTI cayó 5,89% ayer y cerró en US$31,64, mientras que el Brent hizo lo propio al caer 4,50%, y llegar a US$34,37.
USO
Al escándalo por los sobrecostos en las obras, la Unión Sindical Obrera (USO) sumó ayer una nueva preocupación, al asegurar que la planta tendría que parar en los próximos días por problemas técnicos.
'La situación técnica de la Refinería de Cartagena es muy grave, hay dificultades con el sistema de aguas de enfriamiento porque tiene bacterias altamente corrosivas, y esa situación ha migrado a otros equipos, explicó a este diario César Loza, el dirigente sindical.