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Wilmer Ordónez es el nombre de la persona que se esconde tras Huesitos.

Huesitos no espera que llegue la Navidad para sacarles sonrisas a niños que en apariencia no tienen de qué reírse. Ese es el trabajo de Wilmer Ordóñez, su nombre real, el que le apasiona, por el que ha batallado, incluso contra su esposa, que le ha pedido que se dedique a su profesión, Administración de Empresas, o cualquier otra cosa.

Huesitos es el payaso de planta de la Clínica Bonnadona Prevenir, en Barranquilla, y su misión es animar a los pequeñines, sobre todo, los que allí están hospitalizados por diversas patologías, entre ellas el cáncer.

'En este mes el acompañamiento es más directo, sobre todo porque hay algunos niños que han estado acá por varias semanas. Es una época linda para compartir con ellos más tiempo. Trato de llevarles en esta temporada un mensaje de paz y también de que Dios siempre está al cuidado de todos'.

En ocho minutos, Wilmer se maquilla para convertirse en Huesitos en su oficina. Antes de esto se pone zapatos deformes y ropa de colores, pero por dentro, en su alma de actor, la construcción de su personaje le ha tomado 40 años. Primero utiliza el blanco en su mentón y bordea sus ojos con la pintucarita, luego sigue con el rojo, color que difumina sobre las zonas ya pintadas. Sus manos, impregnadas del material, se untan para darle espacio a la base que luego cubre el rostro. Le siguen unos puntos negros y rojos en sus cachetes, tonos naranja para resaltar el blanco y, por último, el rojo en sus labios y la nariz postiza. Ya no es más Wilmer Ordónez.