Un exguerrillero de las Farc, un desmovilizado de las Autodefensas Unidas de Colombia, una mujer cuyo esposo fue desaparecido en 2004 y otra que lidera un grupo de víctimas en los Montes de María sostuvieron ayer un vibrante debate con el senador y expresidente Álvaro Uribe, en el marco de La Gran Alianza de EL HERALDO y Blu Radio para el cubrimiento especial del plebiscito que se celebrará el domingo 2 de octubre.
Más allá de votar Sí o No a la hora de decidir sobre el Acuerdo Final logrado entre el Gobierno y la guerrilla tras cuatro años de negociaciones, es importante que prime un debate de respeto, basado en la exposición de argumentos, ante una coyuntura de innegable importancia histórica para el país. Una lección en este sentido dejaron sobre la mesa las víctimas que participaron ayer en el segundo día del panel de discusión de ambos medios, transmitido en vivo por la emisora y por las redes sociales de esta casa editorial a las 11:30 a.m.
Las víctimas coinciden en su convicción de apostar por un Sí en el plebiscito. Uribe encabeza la opción del No. Para las víctimas fue una oportunidad de desahogo la sorpresiva participación del expresidente; de la manera más comedida, le contaron cómo el dolor causado por la violencia ha empañado sus historias de vida y dieron su testimonio sobre cómo el perdón ayuda a pasar la página. “Trabajamos porque no queremos que nuestros hijos vivan en guerra”, dijo uno en defensa del Sí, y otra interrogó al aire a Uribe acerca del por qué no darle una oportunidad a las Farc.
Acorde con el tono pacífico de la discusión, el expresidente escuchó atentamente. Luego, respondió que también es víctima de la violencia, que cree que a la guerrilla no se le está dando una oportunidad sino mucho más, “por encima de la democracia”, y argumentó que quienes optan por el ‘No’ también quieren la paz pero no creen que el texto pactado en La Habana contribuya verdaderamente a este propósito.
Ojalá todas las discusiones que se suscitan en torno a la decisión histórica que se avecina se dieran con la misma altura, el mismo respeto por el disenso y la aceptación de que los otros tienen derecho a sostener visiones diferentes, que mostraron en esta ocasión los representantes de ambas alternativas.
Es innegable que aún hay mucha tela por cortar en torno al Acuerdo que supone la terminación del conflicto más largo del hemisferio. Están surgiendo dudas, como era de esperarse, acerca de los detalles logísticos y técnicos de la puesta en marcha, que no quedan precisados en el documento. Seguramente aparecerán más preguntas y muchos más retos. Ante lo cual, no conviene olvidar el sentido constructivo que están llamadas a tener las discusiones; puesto que más allá de las posturas, por más críticas que sean, todos somos colombianos unidos en el fondo por el deseo de un mejor país.