El Concejo Distrital dio su aprobación al proyecto de repotenciación del Instituto Tecnológico de Soledad (Itsa), con lo cual culminan las fases previas para que el establecimiento educativo multiplique las oportunidades para la formación del talento humano en el Área Metropolitana de Barranquilla. El proceso supone una transformación trascendental, al convertir al Itsa en parte de la estructura administrativa distrital.
El Itsa fue creado por ley como instituto tecnológico con sede en Soledad, la cual se mantiene, y ahora pasa a la categoría de institución universitaria con vocación de ampliar su oferta académica a 12 mil alumnos. Gozará de los recursos de una estampilla que fue creada en 2001 para sus inversiones en edificaciones y desarrollo tecnológico que produciría unos $5.000 millones anuales, nuevos aportes distritales y las fuentes que ya tenía, que son recursos propios por matriculas o servicios, aportes nacionales, aportes del municipio de Soledad y donaciones privadas.
Goza de buena reputación académica y ha venido creciendo en los últimos años en diversos ámbitos hasta alcanzar una oferta de cuatro carreras universitarias por el sistema propedéutico (ascenso por escalas en los estudios), iniciando sus alumnos el proceso con estudios de nivel técnico.
Su repotenciación ha sido presentada como el logro de una universidad distrital que se tenía en la ciudad como idea o proyecto por más de 20 años y que nunca se había concretado, porque otros servicios distritales o necesidades no daban cabida a la oferta de educación superior. Por eso en Soledad parte de sus habitantes interpretan los cambios como si fuera un despojo que hace Barranquilla de una institución que era patrimonio social local.
Es incuestionable, no obstante, que el proceso transformador tiene un gran respaldo político, como lo reflejan las voluntades que se han expresado, desde su Consejo de Dirección, el primero en dar su aprobación al proceso, pasando por la Gobernación, la Asamblea, las alcaldías de Barranquilla y Soledad, el Área Metropolitana y ahora el Concejo Distrital.
Culminado el ciclo para el cambio institucional, ha llegado el momento de hablar de los retos. Pero antes hay que señalar que, paralelamente, en el Atlántico está en marcha la ampliación de la oferta del Sena con al menos 18 nodos en áreas técnicas específicas, con lo cual se proyecta robustecer la oferta de educación terciaria y superior tecnológica.
Se trata de ampliar oportunidades en el servicio educativo, el que más movilidad social genera y que dota al sistema productivo del talento humano que requiere para su expansión. Esto constituye el reto principal.
Pero, adicionalmente, se pone en tensión el derecho a una educación superior pública y de calidad, algo sobre lo cual se ha debatido ampliamente a partir de los problemas de la Universidad del Atlántico, problemas en la oferta privada y las demandas de la globalización y la tecnología en la medida en que Barranquilla se declaró como ciudad global cuyo objetivo es cerrar las brechas sociales y darle desarrollo a la competitividad.
Itsa y el proyecto con el Sena deben ser respuestas apropiadas en materia de acceso a la educación con fines de equidad y capacidades competitivas para el desarrollo. Con tales finalidades ha sido defendido el proyecto de transformación del primero y se anuncia el segundo.
En educación tecnológica, el Caribe colombiano muestra un gran atraso y oportunidades perdidas, por ejemplo en uso de recurso de regalías para ciencia y tecnología. Por eso la repotenciación del Itsa, dada ahora su condición de institución universitaria, debe servir para que haya más y mejores investigaciones aplicadas, más extensión universitaria y una oferta educativa tecnológica que genere confianza a todos, especialmente a sus alumnos.
Los retos, por lo tanto, no terminan con los cambios institucionales y la voluntad política para hacerlos, sino que vienen ahora como respuesta del establecimiento a una sociedad que mira con esperanza el proyecto por sus finalidades ambiciosas y consistentes con las demandas de la época.