La ministra saliente de Comercio, Industria y Turismo, María Claudia Lacouture, hizo el jueves, en la instalación del Congreso Nacional de Agencias de Viajes celebrado hasta ayer en Barranquilla, una serie de reflexiones sobre el sector turístico que no deberían caer en saco roto.
La ministra dio unos datos interesantes sobre los avances que ha experimentado la industria turística en Colombia y, en particular, en la Región Caribe. Destacó, por ejemplo, que el número de visitantes aumentó en un 95% en solo siete años, entre 2010 y 2016. O que las divisas que dejó el sector a la economía nacional creció un 86% en el mismo periodo.
Son cifras sin duda admirables que reflejan el creciente atractivo de nuestro país para los extranjeros, ya sea para quienes vienen por razones de negocios o los que buscan un destino vacacional.
El reto es cómo mantener esa tendencia, ya que, si bien los aumentos de las cifras son espectaculares en términos porcentuales, los datos en valores absolutos aún están lejos de un escenario ideal. No hay que ser un sesudo analista para afirmar que tanto el número de visitantes como las cantidades de dinero que generan son aún pequeños en relación con el formidable potencial turístico de nuestro país.
Cuando se analizan objetivamente las posibilidades de Colombia como destino de viajeros, aparece de inmediato una larga lista de atractivos que deberían hacer de nuestro territorio uno de los principales receptores de turistas del mundo. La grandeza de su biodiversidad, las playas, la variedad de paisajes, el poderío cultural, la ya proverbial hospitalidad de sus habitantes, son apenas algunas de las cualidades que citan los foráneos que pasan por nuestra geografía.
La ministra se refirió, precisamente, a los esfuerzos que ha realizado su departamento para crear el marco adecuado con el fin de que se desarrolle de manera más ordenada el sector del turismo. Y afirmó, con razón, que hay que perseverar por esa línea de actuación para lograr mayores beneficios en el futuro. En este contexto, planteó profundizar en la estrategia de los corredores turísticos y se refirió en particular al de la Región Caribe, sin duda el territorio con más potencialidad para desarrollar la ‘industria sin chimeneas’.
En 2016, Colombia recibió algo más de cinco millones de visitantes no residentes desde el exterior. El mismo año, España acogió a 75,6 millones. No se trata de establecer comparaciones frívolas entre dos países situados geográfica, histórica y económicamente en escenarios diferentes. Lo que queremos señalar es que Colombia tiene más recorrido en el mercado turístico. Y expresar el deseo de que esta industria se desarrolle de forma inteligente, equilibrada, y, por supuesto, respetuosa con el entorno ecológico.