La administración de justicia en Colombia pasa por su peor momento. Al caos que se vive a diario en los despachos judiciales, con cientos de miles de procesos represados, se suman ahora los escándalos de corrupción en los más altos niveles, que ya tienen en la cárcel al fiscal encargado de comandar la lucha contra este flagelo, Luis Gustavo Moreno, y enlodan a tres expresidentes de la Corte Suprema: José Leonidas Bustos, Francisco Javier Ricaurte y Camilo Tarquino.

La revelación de unas conversaciones interceptadas por la justicia de Estados Unidos, en el marco de la investigación contra el exgobernador de Córdoba Alejandro Lyons, el exfiscal Gustavo Moreno y el abogado Leonardo Pinilla, han sumido a la rama judicial en el más grande escándalo de su historia reciente.

De acuerdo con la Fiscalía, en las grabaciones queda en evidencia la manera en que Moreno pedía dinero a cambio de frenar investigaciones en las más encumbradas instancias, y en ellas se mencionan también los nombres de los senadores Musa Besaile y Hernán Andrade, y del exsenador Luis Alfredo Ramos.

La situación de los expresidentes de la Corte Suprema Bustos y Ricaurte será estudiada en la Comisión de Acusaciones de la Cámara, mientras que a Tarquino no se le vincula por su papel de magistrado sino de abogado, por lo que la Fiscalía es la competente en su caso.

En el centro de este entramado de corrupción se encuentra el abogado Leonardo Pinilla, conocido en algunos círculos como ‘Porcino’, quien habría convencido a Lyons de que él y Moreno tenían los contactos para manipular las decisiones de algunos casos. Con lo que ninguno de ellos contaba era con que el exgobernador hiciera un pacto con la justicia estadounidense.

Según el fiscal Néstor Humberto Martínez, en algunas de estas conversaciones se hace relación a “solicitudes de sumas de dinero o a pagos” que se habrían hecho con intervención o conocimiento de Moreno y Pinilla en “procesos ante la Corte Suprema contra aforados constitucionales”.

Lo que viene ahora es vigilar que los jueces naturales de cada uno de los investigados cumplan a cabalidad su trabajo, y el país conozca la verdad de lo que está sucediendo en la administración de justicia.

Es tarea del Fiscal General continuar con la investigación que llevó a descubrir la doble vida de Luis Gustavo Moreno y hasta dónde llegaron sus tentáculos, lo que ha desatado un tsunami en la justicia.