La decisión de la Superintendencia de Industria y Comercio (SIC) de formular pliego de cargos contra la comercializadora Ticket Shop “por engañar a los consumidores en la venta de boletas para el partido de fútbol Colombia vs Brasil, por las eliminatorias al Mundial Rusia 2018”, según palabras del superintendente Pablo Felipe Robledo, fue una medida contundente contra una empresa que suministró información falsa sobre 6.000 entradas que nunca puso en venta.

Estas boletas, de acuerdo con Ticket Shop, fueron vendidas a través de su página web el 8 de agosto pasado hasta agotarse en menos de 45 minutos. Sin embargo, la SIC comprobó que la versión de la empresa no correspondió a la realidad ya que las entradas jamás fueron comercializadas.

La investigación dio origen a la suspensión de Ticket Shop y a la llegada de un nuevo operador para el partido restante de las eliminatorias en Barranquilla, ante Paraguay. Fue así como la SIC autorizó a la Federación Colombiana de Fútbol y a la empresa Tu Boleta a encargarse de esta tarea para el crucial encuentro del 5 de octubre en el estadio Metropolitano.

Como elemento adicional, la SIC dio el visto bueno al pedido del alcalde de Barranquilla, Alejandro Char, de disponer 6.000 boletas físicas para ser vendidas y entregadas en la ciudad, en su calidad de ‘Casa de la Selección’.

Pero, cuando los aficionados creían que los inconvenientes del pasado habían desaparecido, la página de Tu Boleta fue objeto de un “ataque informático” en el primer día de venta de la boletería, el miércoles. Esta situación desató una ola de quejas por redes sociales y trajo de vuelta los fantasmas de Ticket Shop.

El tema de la inscripción para aspirar a una de las boletas físicas en Barranquilla también ha sido polémico. Las 6.000 entradas serán sorteadas entre los inscritos, quienes luego deberán comprarlas. El sorteo se realizará hoy, y de su transparencia depende la credibilidad para futuros procesos. La SIC debe poner la lupa y no permitir que los tiquetes vuelvan a quedar en manos de los revendedores, como ha ocurrido en partidos anteriores.

Para nadie es un secreto en la ciudad que el negocio de la reventa hace rato dejó de ser una manera ocasional de ganarse unos pesos adicionales, y ahora es una estructura con tentáculos en diversas esferas de la sociedad, en la que los revendedores callejeros son el último eslabón de una cadena que ofrece cuantiosos dividendos. La SIC comenzó la tarea, pero no debe quedarse ahí, sino, con ayuda de los entes de investigación y control, desenmascarar a los verdaderos dueños del negocio.