La ampliación de la Plaza de la Paz es una de las metas más ambiciosas de la Gobernación del Atlántico. La obra, que tardaría 12 meses en construirse, tendrá una inversión de $15.000 millones, pero previamente han sido adquiridos 17 predios por valor de $18.700 millones. Este espacio recreativo contará con 30.000 metros cuadrados de zonas verdes, lo que lo convertirá en un pulmón dentro de la ciudad.

En la actualidad, la Plaza de la Paz va desde la calle 53 hasta la 50, entre carreras 45 y 46. La nueva fase continuará desde la calle 50 hasta la 47, entre las mismas carreras. En el proyecto está contemplado construir alamedas laterales con árboles nativos, zonas de picnic, espejos de agua, un skate park para los amantes de los deportes urbanos, parque infantil, locales comerciales y parqueaderos.

Hay que destacar que nada se ha hecho a la ligera. Los diseños de la obra fueron el resultado de unas 2.000 encuestas entre ciudadanos del común y profesionales de distintas áreas. La socialización a la comunidad comenzará la próxima semana.

Este mes también empezarán las obras de demolición de 17 predios, proceso que se realizará en forma paralela al de la licitación para escoger al contratista, con el ánimo de no perder tiempo.

Esta situación plantea un reto para los eventos de Carnaval, ya que varios de los más importantes tendrán como epicentro la Plaza de la Paz ante la imposibilidad de usar los escenarios deportivos. Los carnavaleros, entonces, deberán convivir con el inicio de las obras de ampliación en medio de la fiesta.

Solamente una de las propiedades no será derribada, la antigua casa Catinchi, que podría entrar a la lista de patrimonio. El inmueble será restaurado para que, sin perder su valor arquitectónico, reciba 16 puntos de venta de comida, como los mercaditos de varias capitales del mundo.

El siguiente reto de la Administración departamental es llevar la ampliación hasta el parqueadero del Banco de la República, para lo cual ya las conversaciones están avanzadas, según el gobernador Eduardo Verano De la Rosa, quien ha liderado el proceso no solo de este espacio para los barranquilleros, sino de recuperar las plazas de los municipios como punto de encuentro y esparcimiento.

No fueron pocas las críticas para el mandatario en su primer gobierno (2008-2011) cuando emprendió la tarea de darle un cambio extremo a la Plaza de la Paz. Sin embargo, el tiempo le ha dado la razón y hoy este espacio es uno de los más queridos por los habitantes de la ciudad y también uno de los más utilizados.