La Contraloría General de la República puso el dedo en la llaga sobre la forma en que se ha venido manejando la contratación de obras en la Corporación Autónoma Regional del Canal de Dique (Cardique), con sede en Bolívar, tras la realización de dos auditorías en 2017 que derivaron en 95 hallazgos fiscales que podrían haber generado un detrimento de $23.467 millones.

Los resultados del ejercicio auditor fueron calificados como “alarmantes” por el organismo de control, luego de revisar con lupa los contratos de relimpias (retiro de sedimentos y vegetación de caños o canales) correspondientes al año fiscal 2016.

“La Contraloría General de la República encontró un escandaloso carrusel de contratación en la Corporación Autónoma Regional del Canal del Dique, que viene de años atrás y se ha lucrado de millonarios recursos, y donde los contratistas que harían parte del mismo no han ejecutado las obras de mitigación ambiental que se les encargo”, señaló la entidad en un comunicado.

Aunque la sede de Cardique está en Cartagena, el ente tiene jurisdicción en la zona de influencia de la Ciénaga de la Virgen, el Canal del Dique y los Montes de María. La mayoría de su contratación está enfocada en las obras civiles en caños, arroyos y reservorios en los municipios del área, para las cuales se destinaron $144.000 millones entre 2011 y 2016.

De acuerdo con la Contraloría, la labor realizada por los auditores permitió establecer que la mayor parte de los contratos quedó en manos de los mismos contratistas, ya que “cada cierto tiempo, y de forma sistemática, intercambian sus roles: en ocasiones son contratistas, en otras residentes de obra y en algunas más, directores de obra”.

Uno de los contratos más polémicos revisados por la Contraloría es el de la recuperación y conservación del Parque Natural Distrital Ciénaga de la Virgen, en las tres últimas vigencias fiscales.

Se trata del contrato realizado con el Consorcio Ciénaga de La Virgen, conformado en un 75% por Construcciones Hilsaca Ltda (hoy AGM Desarrollos) y en un 25% por Servicios de dragados y construcciones, a término de 14 años, por un valor de $22.378 millones, al que le fueron adicionados $11.086 millones y tuvo reajustes en el precio por $2.192 millones, para un valor a cierre de 2016 de $35.451 millones.

El contrato, detrás del cual se encuentra el polémico empresario conocido como el ‘Turco’ Hilsaca, fue firmado en 2007, cuando el 60 por ciento de las aguas residuales de Cartagena eran depositadas en la Ciénaga, uno de los mayores focos de contaminación de la ciudad. Sin embargo, más de una década después, la Contraloría afirma que las obras no solo no han dado los resultados esperados, sino que se han limitado a trabajos de limpieza. Es decir, pañitos de agua tibia para la Ciénaga.