Los maestros del país entrarán hoy de nuevo en paro. Sus motivos son los mismos que han generado protestas anteriores, y entre ellos se incluyen las quejas por el servicio de salud, la nivelación salarial y las dudas por la implementación de la jornada única. Sin embargo, uno de los principales argumentos en esta ocasión es el supuesto incumplimiento del Gobierno a los acuerdos firmados con la Federación Colombiana de Educadores, Fecode.
Para la ministra de Educación, Yaneth Giha, el acuerdo firmado en junio de 2017, luego de 37 días de huelga, se ha venido cumpliendo en forma paulatina, y de los 24 puntos que en su momento fueron llevados al papel, ya ocho se cumplieron, ocho están a punto de cerrarse y los ocho restantes son analizados y debatidos en mesas de trabajo.
A pesar de esto, unos 300 mil educadores saldrán a marchar hoy por las calles del país, como acción preparatoria a un gran paro nacional e indefinido si el Gobierno no les cumple lo pactado, según han informado directivos del sindicato.
En Barranquilla y el Atlántico, una de las principales demandas de los maestros es la asistencia en salud, tanto en la consecución de citas como en la entrega de medicamentos. Otro punto que reclaman es la proliferación del microtráfico de drogas en los colegios locales.
El Ministerio de Educación espera llegar a un consenso antes de que se repita la problemática del año anterior, cuando millones de estudiantes perdieron más de un mes de clases mientras el Gobierno y los dirigentes sindicales llegaban a un acuerdo. El calendario tuvo que ser modificado a las carreras, y aunque al final los niños terminaron el año escolar a tiempo, no hay manera de medir los perjuicios de una para tan prolongada en el rendimiento académico.
El temor recae en que el año pasado también se convocó a paro por 24 horas y luego derivó en una huelga indefinida.
Los maestros denuncian que la jornada única no cuenta con los requisitos necesarios para su funcionamiento, y condenan que el Plan de Alimentación Escolar (PAE) no tenga un presupuesto robusto que reduzca la deserción de estudiantes. Además, han lanzado dardos al programa Ser Pilo Paga por “discriminatorio y privatizador”.
Como cada vez que esto ocurre, lo que se avecina es un largo pulso entre el Gobierno y Fecode, en el que tampoco quedan claras las propuestas de los profesores y las reformas que exigen. Solo resta esperar que se alcance un acuerdo en el menor tiempo posible para que los estudiantes del país no vuelvan a verse afectados.