La quema de 100 hectáreas en el sector conocido como Ciénaga Real, entre los municipios de Campo de la Cruz y Suan, debe ser tomada como lo que es: un atentado ambiental que amerita una investigación rigurosa. Las primeras pesquisas apuntan a campesinos que preparaban la tierra quemando el pasto seco, lo que se les habría salido de control y ocasionado la emergencia que tuvo que ser atendida por 40 personas entre bomberos y policías.

Es una historia que se repite y a la que las autoridades no han logrado ponerle freno. Se trata de una práctica similar a la que muchas veces ha generado los incendios en la Isla Salamanca, que afectan la calidad del aire en gran parte de Barranquilla.

El incendio comenzó el lunes y solo hasta la noche del miércoles pudo ser controlado. El alcalde de Campo de la Cruz, José De León Marenco, confirmó que fue provocado por personas, pero aún se desconoce la identidad de los responsables. “Por maldad o descuido, pero lo hizo alguien con un cigarrillo o quemando el pasto seco”, comentó.

La fuerte brisa que por esta época sacude a la Costa terminó de hacer el resto. Las llamas se propagaron el martes, luego de que los bomberos creían tener sofocado el incendio, y en cuestión de horas la situación se salió de control.

Las quemas de este tipo están prohibidas por el Código de Policía, y los responsables podrían, incluso, pagar con cárcel. Sin embargo, al tratarse de una práctica extendida entre los campesinos, las sanciones deben combinarse con labores de pedagogía en todos los municipios del área rural para prevenir antes que castigar.

Reptiles y primates son las principales víctimas de los incendios forestales en el Departamento, de acuerdo con un informe publicado recientemente por EL HERALDO. En su intento por resguardarse del fuego, los animales hallan la muerte en las carreteras o al pasar a hábitats no adecuados para sobrevivir.

La mayoría de estos incendios, según la Corporación Autónoma Regional del Atlántico (CRA), se presenta en bosques de los municipios del sur, como Repelón, Santa Lucía, Candelaria y Piojó.

“Ante un incendio, serpientes, iguanas y primates son los que generalmente pierden la vida. Los animales que no logran huir se ven afectados por las quemaduras o se asfixian por el humo”, asegura Joe García, biólogo de la CRA.

En apenas dos meses del año, los bomberos del Atlántico han atendido 41 emergencias causadas por incendios forestales, lo que produce alteraciones irreversibles en los ecosistemas, por lo que hay que darle al tema ambiental la importancia que requiere.