Motivos hay de sobra para presentar a Nicolás Maduro como una amenaza para la estabilidad de la región. Su catastrófica gestión al frente de Venezuela, sumada a sus modos autoritarios, ha desatado el fenómeno migratorio más fuerte de la historia reciente de Latinoamérica, con las consecuencias que está teniendo para los países de la zona. Muy en especial para Colombia.

Este argumento debería bastar en sí mismo para calificar al mandatario chavista como una amenaza. Pero es que, además, existen testimonios de vieja data sobre la presencia de guerrilleros colombianos en Venezuela, que estarían contando con el apoyo activo, o por lo menos con la connivencia, del régimen de Caracas.

Por todo ello, resulta desafortunado que el esfuerzo del presidente Duque por denunciar a Maduro ante la ONU se esté viendo empañado por la inclusión de unas fotos polémicas en el expediente de acusación de 128 páginas.

En teoría, las fotos en cuestión probaban la presencia del Eln en territorio venezolano, como lo subrayó el propio Duque en una serie de trinos tras su comparecencia ante Naciones Unidas.

Sin embargo, el diario El Colombiano lanzó el primer aviso de que una de las imágenes, supuestamente tomada en Táchira en 2018, hacía parte de un informe publicado por ese periódico en 2015 sobre la actividad guerrillera en el Cauca.

Y poco después de que Duque presentara el hecho como una “anécdota”, la agencia francesa Afp advirtió que otra de las fotos supuestamente tomadas en Venezuela la había hecho un reportero suyo en Colombia. El ministro de Defensa, Guillermo Botero, ofreció excusas a Afp y le avanzó que hay una segunda foto de la agencia en el dossier que también fue utilizada “como referencia”. O “contexto”

Ni corto ni perezoso, el régimen chavista ha aprovechado todo este lío para intentar desacreditar en su totalidad la iniciativa del Gobierno colombiano ante la ONU. Una reacción previsible en un personaje habituado a pescar en aguas revueltas para desviar la atención sobre sus miserias.

Pero, más allá de lo que pretenda hacer Maduro, el presidente Duque debería ofrecer unas explicaciones más convincentes de las que hasta ahora ha dado sobre el incidente. Porque, por desagradable que resulte admitirlo, lo ocurrido no ayuda a los fines que se buscan, que es denunciar los riesgos que implica Maduro para la región.

Si hubo errores, que se diga. Si inteligencia cometió alguna ligereza, intencionada o no, que se aclare. Lo importante es despejar de cualquier sombra de duda del grueso del expediente. Porque de lo que en ese documento se habla es de algo tan serio como la seguridad de Colombia.