Formidable reto el que asume desde hoy el abogado Rodolfo Pérez Vásquez como nuevo rector de la Universidad Autónoma del Caribe, uno de los más importantes centros académicos de la Región, que merece y necesita un liderazgo íntegro, basado en principios éticos, de honestidad y transparencia, para dejar atrás – de una vez por todas – ese nefasto capítulo de su historia reciente marcado por todo tipo de abusos, excesos, irregularidades, actos corruptos y hasta criminales que llevaron a esta casa de estudios a caer en la vergüenza y el descrédito.

Imposible olvidar, en estos momentos, la profunda crisis financiera, administrativa y corporativa en la que quedó sumida la Uniautónoma, luego del paso por la rectoría de Silvia Gette, condenada por abuso de confianza calificado y agravado, y pendiente de un nuevo fallo; y de Ramsés Vargas, detenido en noviembre de 2018, y quien hoy afronta un proceso penal por ser la cabeza de un supuesto desfalco de 14 mil millones de pesos a la universidad.

Escandalosos hechos de saqueos, despilfarros y malos manejos financieros, administrativos y contractuales que pusieron en riesgo la prestación del servicio de educación de la Uniautónoma, que quedó reducida a ser la caja menor de quienes debían velar por su misión como centro de formación de los futuros profesionales del Caribe. Cada nuevo hallazgo, más grave que el anterior, destapó tenebrosos entramados de perversión e inmoralidad en los que sólo primaron los intereses particulares de funestos personajes que, sin ningún escrúpulo, pisotearon los principios que inspiraron el nacimiento de esta universidad el 27 de marzo de 1967.

Dos años duró la intervención del Ministerio de Educación Nacional a la Uniautónoma, el máximo plazo establecido por la norma, y durante este lapso, en el que estuvieron vigentes las medidas preventivas y de vigilancia especial, las rectoras Claudia Da Cunha Tcachman y María Victoria Mejía Orozco trabajaron para sacar adelante a este centro de educación superior, bajo estrictos criterios de manejo e inversión de los recursos y las rentas. Gracias a un enorme esfuerzo de los integrantes de esta resiliente comunidad educativa, que batalló para que este buque insigne de la educación del Caribe colombiano no naufragara – no una, sino muchas veces –, poco a poco se fueron dando avances en el complejo proceso de recuperación, que debe reforzar el jurista Rodolfo Pérez Vásquez, escogido por el Consejo Superior y avalado por sus 37 años de experiencia en la academia.

No son pocos los retos institucionales que le esperan al nuevo rector, quien se ha comprometido a recuperar el buen nombre y la credibilidad de la universidad. El abogado tendrá que poner en marcha una estrategia financiera de gran calado que le permita lidiar con las millonarias deudas que tiene la universidad, rentabilizar sus limitados recursos y resolver la situación de sus edificios, deshaciéndose de los que no sean imprescindibles; mientras elabora un plan – para que en estos retadores momentos de la pandemia – no sólo no pierda estudiantes, sino que además pueda aumentarlos. Seguir contando con el respaldo del Ministerio de Educación será fundamental. La Uniautónoma requerirá de un fuerte empujón institucional para obtener la refinanciación de sus deudas y recursos adicionales para alcanzar el equilibrio económico requerido para volver a crecer.

Aunque le sobre dignidad, capacidad, talento y buenas intenciones, Rodolfo Pérez Vásquez no podrá solo. El nuevo rector debe construir, lo antes posible, consensos que allanen el camino y permitan, con sus estudiantes, docentes, sindicatos, empleados y directivas, unir esfuerzos para volver a llenar de prestigio y respeto a la Universidad Autónoma del Caribe.