El Ministerio de Educación vuelve a hacer un llamado claro en el país y la región Caribe: los niños y jóvenes tienen que volver a las aulas. Según esta cartera, la presencialidad en el país avanza a buen ritmo, a corte del 8 de octubre, al registrar 39.702 sedes educativas del sector oficial, que equivalen al 90,6 % del total, que se encuentran ofertando el servicio educativo de forma presencial.
Mineducación, encabezado por María Victoria Angulo, indicó que en la región Caribe el avance agregado, en términos de sedes educativas, es del 75 %, donde algunas secretarías de educación ya ofertan el servicio en más del 90 % de sus sedes, como es el caso de los departamentos de La Guajira y el Archipiélago de San Andrés y Providencia y de las capitales.
Además ciudades como Riohacha, Montería, Sincelejo y Valledupar destacan en este apartado. Pero –a pesar de algunos buenos índices– la región presenta una situación particular y difícil: la presencialidad en el Magdalena
Este departamento registra solo el 10 % de las sedes educativas oficiales bajo esta modalidad. Santa Marta, la tercera capital más importante de esta zona del país, registra el 12 % y Ciénaga el 42 %. Lo anterior revela que solo 3.800 estudiantes del sector oficial, de aproximadamente 200.000 que hay, han vuelto a las instituciones educativas. Por otro lado, tan solo 85 instituciones públicas, que equivalen al 10 % de la oferta del departamento, han implementado este modelo.
Las alarmas no paran ahí. La Costa Caribe presenta un atraso de 24,2 puntos frente al avance nacional, siendo a la fecha, la región del país con menor índice de estudiantes atendidos de manera presencial.
La necesidad de volver a clases presenciales es tan alta que, según algunos rectores de colegios de Sucre, la virtualidad ha afectado el desempeño de los estudiantes.
Marco Bertel Suárez, rector del ITI, aseguró que al cerrar el tercer período académico el 70 por ciento de la población estudiantil tiene el año perdido. Las solicitudes de presencialidad no son un capricho de ministerios, secretarías o directivos, sino una razonable y concreta petición teniendo en cuenta las características propias del aprendizaje en Colombia, donde en muchas zonas del país es casi imposible conectarse a internet.
Eso sí, todo este proceso de regreso a clases debe ir de la mano de los protocolos de bioseguridad correspondientes, del cumplimiento del Plan de Alimentación Escolar, que ha tenido tantas fallas, y de inversiones a la infraestructura que antes de la pandemia ya tenían deficiencias. Es una tarea de todos. !Hay que volver a la presencialidad!
Pero –a pesar de algunos buenos índices– la región presenta una situación particular y difícil: la presencialidad en el Magdalena. Este departamento registra solo el 10 % de las sedes educativas oficiales bajo esta modalidad.