El archipiélago de San Andrés y Providencia amanece hoy bajo la amenaza de la tormenta tropical Julia que podría terminar al bordear la noche de este sábado convertida en huracán, según la alerta emitida por el Centro Nacional de Huracanes de Miami.

Vientos sostenidos de 119 kilómetros por hora y precipitaciones acumuladas de 120 milímetros se prevén sobre las islas, que aún no terminan de recuperarse de los embates de los huracanes Eta e Iota en noviembre de 2020, cuando este último dejó más de 700 damnificados en San Andrés y destruida en un 98 % la infraestructura de Santa Catalina.

El Plan 100, que prometía la reconstrucción del archipiélago en 100 días, no se cumplió. Un año después los informes de los organismos de control evidenciaron que los avances en el proceso eran mínimos, tras la afectación de 2542 viviendas.

De hecho en el último informe reportado por la Contraloría General de la República en agosto de este año sobre el proceso de reconstrucción y reactivación económica de las islas, se revelaron 13 hallazgos disciplinarios y dos fiscales por $2170 millones, que dan cuenta de las dificultades que han tenido que afrontar los isleños para salir de la crisis que causaron los fenómenos naturales de hace 2 años.

El drama es que otra vez San Andrés está en el ojo del huracán, literalmente. ‘Julia’ se apresta en su camino a azotar con sus fuertes vientos –no tan severos y destructivos como los de ‘Iota’ que alcanzaron los 250 km/h– el territorio insular colombiano sobre el Caribe, por lo que los raizales y los turistas a los que encuentra el fenómeno en las paradisiacas islas tuvieron que guardarse en sus viviendas y en los hoteles para esperar los embates del fenómeno climático, esto por cuenta del toque de queda que ordenaron las autoridades como medida de prevención hasta las 6 de la mañana del próximo martes.

Mala cosa para una isla cuyo producto interno bruto depende en un 57 por ciento del turismo, pero que ante el ímpetu de la naturaleza no tiene otra salida que prevenir para mitigar los riesgos, sobre todo después del paso devastador de ‘Iota’ el 16 de noviembre de 2020.

El Ideam y la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo están en monitoreo constantes sobre las islas, pero también sobre el resto de la región Caribe, en donde también se han producido afectaciones por causa de la tormenta tropical. Uno de los departamentos afectados por el fenómeno es La Guajira, que ayer amaneció con inundaciones y miles de damnificados en municipios de la Alta Guajira y Riohacha.

Igualmente se mantiene la alerta en los departamentos de Magdalena y Atlántico, en donde hay alerta por crecientes de ríos y deslizamientos en el caso del primero, y desbordamientos e inundaciones en el segundo por el Embalse del Guajaro y el Canal del Dique.

El invierno no está dando tregua y se requiere que toda la red de atención y prevención de desastres y organismos de socorro de los entes territoriales y la nación estén completamente activados y tomando las medidas correspondientes para mitigar los riesgos en cada zona del país, especialmente en el Costa Atlántica este fin de semana.

La prevención será clave para evitar tragedias y víctimas.